Mensaje de la editora

Mensaje de la editora

Muchas personas viven la utopía de que pueden hacer las cosas mal hechas y pensar que nunca serán descubiertos.  Esa sensación de impunidad las anima a seguir engañando a los demás, y a asumir su prosperidad como símbolo de status del cual se sienten orgullosos. Es una imagen que suena familiar en un país donde se permiten las más absurdas formas  de lo incorrecto, donde la ambición desmedida es el motor de los llamados exitosos, y donde las cosas se olvidan, aun pasen por la vergüenza de un juicio. 

Pero lo que es peor es que este comportamiento, asumido por los poderosos, los que aparentemente no tiene “necesidad”, invita al mal ejemplo de los que menos tienen, haciéndolos cómplices solidarios y erigiéndose como víctimas de una sociedad podrida. Ellos justifican lo deshonesto, porque entienden “que se lo merecen”, y porque además, “no es gran cosa”.  Así las cosas, dejamos pasar y toleramos, los robos menores, en nuestras casas o en nuestras oficinas, porque “total, no es tan importante”. Así también toleramos y hasta caemos en violar las leyes de tránsito, porque “total, todo el mundo las viola” y poco a poco, esa tolerancia se va convirtiendo en rutina, y esa rutina, en una cultura de descaro, de desfachatez y de impudicia. Es por eso que es importante que la justicia vuelva a tomar la forma de invidente, para que sin mediar quién sea, se manifieste la pena. No importa qué tan grande o tan pequeño sea el robo, porque la violación de la ley no tiene que ver con la cantidad sino con la acción. Y frente a Dios, no vale el “chin”. El “chin de pecado” sigue siendo pecado. Y Dios no nos da nunca poco, siempre nos da en abundancia, gracia, perdón y misericordia. Pero a Dios nadie lo engaña y si bien, como buen Padre es comprensivo y misericordioso, también es absolutamente justo. No piensen pues que los que mal han actuado podrán desenvolverse con tranquilidad o alegría. La justicia de Dios le llegará. Dejársela a El es de sabios, pero también es importante que los que aman la justicia, actúen en consecuencia y que el ejemplo marque la ruta de la verdad. Por eso la denuncia forma parte de la responsabilidad de un cristiano, y para eso el ejemplo es imprescindible. La historia nos ha enseñado cómo, no importa el tiempo que haya pasado, la justicia se manifiesta. Los crímenes de Hitler, los crímenes de Trujillo, y otros tantos en el mundo, nos enseñan que ciertamente “lo verdadero siempre encuentra una manera de mostrarse”, como bien expresa Paulo Coelho en su novela “Once minutos”. Y que por supuesto, querer conseguir las cosas materiales “a como de lugar” o “lo más rápido posible”, siempre encuentra en el camino los monstruos de lo perverso acechando para asegurarles un éxito seguro. Sin embargo, sólo la calma y la fe, pueden asegurarnos llegar a la meta de nuestros sueños. Así lo expresa Coelho en esta reflexión inédita que me permito compartir con ustedes:

 “Muchas veces pensamos que la actitud ideal es dar la vida por un sueño:
nada más equivocado. Para alcanzar un sueño
necesitamos conservar nuestra vida y por lo tanto
es obligatorio saber cómo evitar aquello que nos amenaza.
Cuando más premeditemos nuestros pasos,
mas oportunidades tendremos de errar, pues no estamos tomando
en consideración las enseñanza de la vida, la pasión y la calma. 
Cuanto más pensemos que tenemos el control,
mas distantes estaremos de controlar cualquier cosa. 
Una amenaza no avisa, y una reacción rápida no puede ser programada
como un paseo de domingo. Si quieres entrar en armonía con tu amor
o con tu combate, aprende a reaccionar con rapidez.
No dejes que tu experiencia de vida te trasforme en una máquina:
usa esta experiencia para escuchar siempre “la voz del corazón”.
Aun cuando no estés de acuerdo con lo que esta voz te dice,
sigue sus consejos, pues sabe el mejor momento para actuar
y el mejor para evitar la acción”

En nuestra portada y páginas centrales les presentamos la imagen impecable de una actriz que entreteje su vida con el cine.  Hija de actores de la talla de Roberto Rosellini e Ingrid Bergman,  Isabella Rosellini ha realizado una brillante carrera en Hollywood, y su último film “La fiesta del chivo”, basada en la novela de Mario Vargas Llosa, tocó de lleno el corazón y las nostalgias de los dominicanos, retrotrayendo una época superada pero que sin dudas, dejó marcas indelebles en muchas familias de nuestra sociedad.  Pero además, interesantes y variados reportajes, y las ultimas novedades sociales, hacen de esta edición una oportunidad de enriquecerse y entretenerse con al palpitar de nuestro mundo social.

Hasta la próxima y que Dios les bendiga,

Maribel

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