Mensaje de la editora

Mensaje de la editora

“Hay dos legados para dejar a los hijos:
el primero, raíces; el segundo, alas.”
                                         Unamuno

La humanidad, en sentido general, está hambrienta. Un hambre que traspasa lo material para asentarse en el fondo de la emoción más desoladora.  Y es que la prisa que compramos hoy día como para sentirnos exitosos, ha alejado todo tipo de detalle, de acercamiento espontáneo, de compartir en familia, de regalarse espacios de paz, o de nada, que casi siempre son los que permiten la manifestación del amor, del cariño, de la ternura, del diálogo sincero, del consejo o de la luz.  El núcleo, antes inviolable de la familia, también ha sentido sus estragos, y la madre de hoy, a duras penas aguanta tres meses para dejar a su bebé en las manos de otros porque necesita incorporarse al trabajo productivo. Los compromisos profesionales y sociales, a veces no dejan espacio para el necesario e impostergable cuidado que deben prodigarle a sus retoños, especialmente en los primeros siete años de sus inocentes vidas.  Es en ese espacio de tiempo que se siembran los valores esenciales del ser humano, que se prodiga el cariño que permanece, que se modula el carácter, que se enseña a ser feliz, y por supuesto, donde se descubren los importantes valores del espíritu. Pero, los padres prefieren ir a reuniones de negocios en vez de acompañar a sus hijos al catecismo, o a las reuniones del colegio, o a sus lecciones de natación, o a su primer juego de béisbol, o al cumpleaños de un amiguito, o sencillamente a perder el tiempo con ellos, tomando un helado.  Esos momentos se van postergando, hasta desaparecer, sin que nos percatemos de que han dejado sus huellas. Y hoy lo vemos en una sociedad donde los padres, después que sus hijos crecen y forman sus propias familias, se dan cuenta de que se sienten solos, de que todo lo que supuestamente hicieron por ellos, no lo agradecen. Hay, por así decirlo, padres que se sienten huérfanos del cariño de sus hijos. Y nos preguntamos ¿quién tiene la culpa de este evidente desamparo o ingratitud? Pienso que nosotros mismos. Los padres y madres de hoy, no hemos podido inculcar con el ejemplo, que la familia, el amor y el respeto a nuestros padres, va primero que todo. Esta generación ha creído que dotándolos de lo mejor en términos materiales, están siendo los mejores padres del mundo, y los buenos padres no le dan a su hijo todo lo que necesita. Le enseñan que ellos son capaces de conseguir lo que quieren, en base a su esfuerzo y a su propio empeño. De esta manera aprenderán una de las virtudes escasas en el mundo de hoy: la gratitud. Pocos hijos de hoy día la conocen y aprecian, porque la mayoría ha entendido y asumido que todo lo que se le da, lo merecen. Que todo lo que se le ocurra necesitar, hay que buscárselo. Y lo único que siempre puede darse en demasía es el amor, la comprensión y el perdón, porque bien entendido, estas virtudes siempre están acompañadas de una lección. Y a eso estamos llamados las madres y padres de hoy: a servir de guías y consejeros, a darles herramientas para la vida, a darles –como dice el pensamiento que encabeza este mensaje- raíces y luego alas. Porque necesitan cimentar sus acciones en los valores esenciales, para poder tener la libertad de luchar por lo que quieren. Nunca es tarde, y hoy es el momento preciso para cambiar el rumbo de sus relaciones familiares si es que siente que hay descuido, desamor, o indiferencia. Es el momento de abonar el amor. Y nadie mejor que una madre para sembrar el amor, para regarlo con sus mimos y cuidados, y para cosechar la gracia de una familia unida y feliz.

En nuestra portada y páginas centrales presentamos un alentador reportaje, que hemos titulado “Madres Primerizas, en su Encuentro con la Maternidad”. María del Mar Alvarez de Aybar, Isis Abreu Albiac, Karla Pichardo de Matos, Giselle Ricart de Díaz, Virginia Rojas de Patín y Patricia Piñeyro de Ovalles, jóvenes, profesionales y madres, en un multifacético compromiso donde todas han coincidido que su primario rol de madres es lo más importante y maravilloso en sus vidas.  Además, disfruten de variados reportajes y las actividades más relevantes de la quincena, que engalanan esta edición especial con motivo del Día de las Madres.

Con nuestras cálidas felicitaciones a todas las Madres de nuestro país, nos despedimos hasta la próxima entrega. ¡Que Dios les bendiga!

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