Mensaje de la Editora

Mensaje de la Editora

Hoy se me antoja escribir a la música, porque sin ser artista, ella transita mi vida dándole matices insospechados. Y es que, ¡no lo  notamos!, pero la música es una compañera fiel que invade y comparte muchas de nuestras más íntimas emociones. Algunas melodías nos hacen retozar el espíritu o alegrar el alma, o solidarizarse con nuestra pena, o motivarnos a la armonía, o levantar nuestro ánimo y entusiastas, danzar junto con ella al ritmo de la vida. Aunque penosamente, otras, nos reclaman el absurdo de un ruido insoportable. 

 Ciertamente vivimos en un país musical, que poco a poco se ha ido convirtiendo en un país ruidoso, porque ya no intentamos acudir a la música para deleitarnos individualmente o en grupos reducidos, sino que la misma ha sucumbido a la exquisitez para acomodarse en el baúl de un carro o camioneta, acompañada por inmensas bocinas, que llenan de ruido ensordecedor cualquier esquina o antes, plácido lugar. La selección es tan variada como insoportable, porque la misma no aspira a la placidez del alma, sino todo lo contrario: al desequilibrio de nuestro sistema nervioso o a apuntarnos en la lista de «futuros sordos».  No es que descartemos la novedad de la música moderna, llamada electrónica o de fusión, porque ésta, es una modalidad que incluye como base excelentes melodías, logrando un resultado que en determinados ambientes y momentos, suele ser muy excitante. Pero, el ruido sin permiso, sin consideración a los demás, es un atentado a la libertad del silencio. Yo les convoco a la vuelta de la buena música, donde un recorrido por los clásicos nos elevarán a plenitudes insospechadas, mientras que un trayecto sin paradas por el largo periodo de la música romántica, despertará saudades y nostalgias, amores y desamores, alegrías y penas, siempre de la mano del amor, dejando espacio por supuesto, a nuestros ritmos tropicales y caribeños, que bien seleccionados, son una invitación a la alegría a través de este ritmo contagioso. Porque la música es como la vida, a veces alta, otras bien bajas; en momentos, sublime; en otras tan terrenal, que nos golpea el sentimiento, pero en cualquier caso, como entona Andrea Bocelli en su popular canción junto a Martha Sánchez, «Vivo por ella», la música «es la musa que te invita a tocarla suavecita, en mi piano a veces triste, la muerte no existe si ella está ahí». Porque para aquellos que han dedicado su vida con pasión y entrega absoluta a convivir con ella, como sucede con Andrea Bocelli, la música es mucho más que un espacio de tiempo o diversión. Es una forma de vivir, una forma de seguir viviendo y un puente amplio para llegar a la plenitud. Por eso, con tanta ternura y fuerza, Bocelli proclama: «Vivo por ella que me da, fuerza, valor y realidad, para sentirme un poco vivo».   Aprendamos a disfrutar del beneficioso poder de la música para equilibrar nuestras vidas. Agregue este ingrediente a cada espacio de su existencia, para calmar, relajar, exaltar, extasiar o alegrar su alma.

 

En nuestra portada y entrevista central, podrán disfrutar de una exclusiva con el mundialmente reconocido tenor Andrea Bocelli, quien no tuvo reparos en descubrir su intimidad para compartirla con todo su público dominicano, que lo aplaudirá en Altos de Chavón la próxima semana. Pero además, podrán disfrutar de interesantes entrevistas y nuestros habituales reportajes sobre moda, belleza, deportes, literatura, diversión y reseñas de las actividades más importantes de la quincena.

 

Hasta la próxima y que Dios les bendiga,

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