Con el tiempo, cambian las cosas. La vida se vuelve distinta al asumir los importantes aportes de la tecnología y avances en todos los órdenes. El siglo XXI aun sorprende a muchas generaciones que aún sufren o gozan, cambios realmente radicales que abarcan manera de vivir, costumbres y hasta moral.
La música no escapa de esta modernidad y los gustos musicales de los jóvenes parecen estar completamente divorciados de lo que los más adultos entendemos como buena música. Música que no sólo es sonido, sino sonido armonioso que logra desatar emociones tan diversas como la alegría, el gozo, la tristeza, y el amor. Hoy escuchamos sonidos estridentes que a nuestro entender, desarmonizan, que transmiten desasosiego y caos, violencia y locura.
Por supuesto, no toda la música moderna encaja en este desatino. Aunque los adultos no la entendamos, no dudamos en tararearla y hasta movernos bajo el influjo de sus pegajosos ritmos. Porque siempre habrá el espacio para lo nuevo, para la rebeldía generacional, para los sueños y reclamos, para las diversas formas de expresar lo inexpresable. Y de eso, tenemos muchísimo talento joven haciendo historia musical. Jóvenes con la gracia de exquisitos talentos que los convierten en artistas de este tiempo. Artistas comprometidos, convencidos de su misión a través de sus dones, deseosos de comunicar lo que entienden necesario para un mundo mejor. Y es aquí, justo en este punto, donde se realiza el encuentro, al descubrir que existe un solo ingrediente que genera los cambios y promueve el entendimiento entre todos los pueblos del mundo y es el amor. Por eso, a través de los tiempos se ha cantado al amor, se han producido sinfonías que lo expresan a través del sentimiento puro que generan los sonidos. Ya no nos sentimos tan desfasados cuando nos tildan de románticos, porque solo se cambian las formas y no la esencia. Y es esa esencia la que no puede perderse. No importa cuántos trajes deba ponerse para lograr estar a tono con su tiempo. La esencia sigue siendo la misma. Y la entendemos todos, no importa la edad ni los tiempos que nos hayan tocado vivir. Lo importante es vivir y amar. Vivir amando o amar viviendo. Un reto a veces difícil de conseguir. Pero posible sobre todo, para los jóvenes que inician la carrera de sus sueños con la energía de la vida. Y para los que, avanzados en su recorrido, descubren sin excusas que han perdido tiempo envueltos en la maraña de la rutina, montados en el tren de la prisa sin paradas ni destinos. Parar es a veces necesario, sobretodo, si nos sirve para cambiar de ruta. Escojamos con responsabilidad la ruta de nuestra felicidad. Es el momento de tomar control de nuestra vida y no que la vida nos lleve donde quiera. Eso es lo que significa vivir. Comparto con ustedes estas simples sugerencias que espero les ayuden a montarse en el tren que les corresponde.
Vive cada hora como si fuera la última.
No pierdas el tiempo en lamentarte por lo que hiciste mal; hazlo bien ahora.
No te quejes de tu destino, porque tu destino está en tus manos.
No renuncies a lo que es tuyo si no es por generosidad.
No te rindas ante cualquier obstáculo, no encuentres excusas para abandonar.
Vive, he aquí la consigna.
No desaproveches ni un solo momento de la vida.
Vive intensamente, abierto a todo. Vive por los ojos, los oídos, por la boca, por la piel.
Vive con el cerebro, con el corazón, con las manos, con la imaginación, con la fantasía.
Vive la realidad y los sueños. Vive la música y las palabras.
Vive, he aquí la consigna. Vive. Vive.
En esta edición de nuestra revista ES disfrutan ustedes de una edición especial con doble portada, donde ofrecemos a nuestros lectores dos grandes artistas: el magistral Plácido Domingo, catalogado como el tenor más importante de los últimos tiempos y quien visitará Santo Domingo el 20 de Junio y el Grupo Maná, exitoso grupo musical mexicano, que deleitará a los más jóvenes también en este mes. Con tan obvia diversidad de artistas, regalamos a nuestro público la grandeza de su música, distinta y sin embargo similar en el puente que utilizan para llegar a los corazones de sus fans.
Hasta la próxima y que Dios les bendiga,