Mensaje Editorial

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A menudo nos desanimamos cuando no logramos el objetivo que nos proponemos en un tiempo específico. Nos asalta entonces el término “derrota” acompañado con la obvia depresión por no haber logrado nuestros sueños.  Sin embargo, el simple hecho del esfuerzo, implica arrojo y valentía, que ciertamente en ocasiones, no es coronado con el éxito.

Esto por supuesto no significa que hemos sido derrotados. Simplemente el camino nos indica que no ha sido el correcto y que debemos hacer ajustes para llegar a la meta. Es por tanto, un aprendizaje necesario que si lo asumimos positivamente, se convierte en la base para iniciar un nuevo camino que de seguro culminará en la consecución del objetivo propuesto.  Pero lamentablemente muy pocos lo ven de este modo, y en consecuencia, su ego se ve seriamente afectado. Comienzan entonces las indecisiones, los miedos y la fragilidad de la esperanza.  Una actitud que solo facilita la verdadera derrota, que es cuando asumimos que nada valemos y que nada podemos.  Los que asi piensan, cuando dan un paso en falso, se hunden en el abismo. Dice Coelho en su Manual del Guerrero de la luz que “lo que ahoga a alguien no es la inmersión, sino el hecho de permanecer bajo el agua”.  Lo que es lo mismo que no hacer esfuerzo alguno para salir de donde está.  En consecuencia, se paraliza, se queda estático y jamás avanza.  Muy diferente es aquel que sabe sacudirse las cenizas, que logra cambiar el rumbo, que busca afanosamente un nuevo camino. Que saben fluir con la corriente, como el río. Que haciendo esto, descubren nuevas oportunidades y exquisitas perspectivas jamás soñadas.

Esta osadía los hace fuertes. Esta fortaleza los catapulta a la alegría. Porque son verdaderos guerreros de la vida. Una vida que nadie nos ha prometido que será fácil.

Y estos guerreros de la vida, o de la luz como los llama Coelho, saben librar el buen combate. Saben que nada sucede por azar. Escuchan el mensaje de sus pasos, el vocabulario de los acontecimientos cotidianos, el susurro del viento cuando sopla en sus espaldas, y siguen el camino, sin permitirse el lujo de la duda.

Quisiera pues, compartir con ustedes, mis queridos lectores, esta sabia reflexión de Paulo Coelho, de su libro “Manual del Guerrero de la luz”:

“El guerrero de la luz a veces actúa como el agua, y fluye entre los obstáculos que encuentra.

En ciertos momentos, resistir significa ser destruído; entonces, él se adapta a las circunstancias. 

Acepta sin protestar que las piedras del camino tracen su rumbo a través de las montañas.

En esto reside la fuerza del agua: jamás puede ser quebrada por un martillo, ni herida por un cuchillo. 

La más poderosa espada del mundo es incapaz de dejar una cicatriz sobre su superficie.

El agua de un río se adapta al camino más factible, sin olvidar su objetivo: el mar.

Frágil en su nacimiento, lentamente va adquiriendo la fuerza de los otros ríos que encuentra.

Y a partir de un determinado momento, su poder es total.”

En nuestra portada y páginas centrales compartimos con ustedes una interesante entrevista a dos jóvenes empresarias, apasionadas de lo que hacen y que han hecho posible que muchos dominicanos disfruten del encanto de las heladas montañas de Vail, en Colorado.  Pero además, interesantes reportajes y las actividades más atractivas de la quincena,  les servirán de divertido entretenimiento. Disfrútenla!

Hasta la próxima y que Dios les bendiga,

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