Mentir y culpar a otros

Mentir y culpar a otros

La falta de transparencia y las mentiras han afectado la credibilidad del programa que ejecuta el FMI en el país desde diciembre del 2010. El señor Alejandro Santos, Jefe de la Misión del FMI, se queja de que el gobierno nunca cumplió la meta del déficit corriente del sector eléctrico, por ello se comprometió a aumentar en 18% la tarifa eléctrica, haciendo posible que el directorio del FMI apoyara el programa.

Está en la carta de intención para la quinta y sexta revisión de julio del 2011. Hipólito Mejía tiene copia de otra carta al FMI donde el presidente Fernández le pide posponer el aumento para después de las elecciones del 2012. No obstante las evidencias, el gobierno dice que el organismo internacional quiere imponer el aumento de la tarifa eléctrica, mentira que socava la sostenibilidad de las políticas, haciendo difícil el logro de las metas del programa, eso lo sabe el FMI, una institución pública que, como tal, debe defender la verdad y la transparencia, sin importar la circunstancia.

El gobierno dice mentiras y viola el acuerdo, aprobó el presupuesto del 2012 sobre-estimando el crecimiento y los ingresos fiscales. Por eso debe revisarlo hacia abajo, el FMI se apoya en lo que dice la carta de intención, que el gobierno está comprometido a “tomar todas las medidas que deban tomarse, exceptuando aquellas que vayan en contra del mantenimiento del Stand By”. Viola el acuerdo cuando crea un fondo para amortiguar las alzas de precios de los combustibles, un subsidio generalizado inaceptable, porque el FMI no puede aprobar deudas para esos fines, como está sucediendo con el pasivo en aumento con Refidomsa.

Se debe preservar el Stand By sin aumentar la tarifa eléctrica, es lo que garantiza la estabilidad de los precios macroeconómicos y el financiamiento de la economía en el corto plazo. El gobierno lo podría lograr si deja de hablar mentiras y se concentra en el objetivo de la estabilidad macroeconómica, olvidando el uso de los RD$40,000 millones para apuntalar a Danilo Medina y al PLD. No puede pretender dos objetivos contradictorios al mismo tiempo, hace tiempo Schumpeter demostró que se fracasaba en los dos. Se observa nerviosismo en los mercados porque el gobierno, de manera irresponsable, ha preferido culpar a otros de sus desaciertos, jugando con el equilibrio de la economía.

Cuando debería tomar en serio lo que escribió el señor Santos, que “por los incumplimientos no es posible completar la séptima revisión del programa de manera aislada, por lo que será necesario juntarla con la Octava Revisión”. Lo peor que podría pasarle a la economía es que se mantenga la incertidumbre sobre los precios macroeconómicos hasta febrero, cuando termina el acuerdo, porque Nomura Bank acaba de enviar la primera señal de preocupación, cambió de perfil el riesgo del país, precisamente por el status del acuerdo con el FMI. Lo aconsejable es que el gobierno se concentre en la economía, que no malgaste los ingresos fiscales, porque ni con trampa Hipólito y el PRD pierden las elecciones. El pueblo decidió sacar del poder al PLD. 

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