Mentiras, ocultaciones y utilitarismos

Mentiras, ocultaciones y utilitarismos

Ya habían manifestado los italianos, cantando, que la vida es un paraíso de mentiras, «un paradiso de bugíe». Y hay que ponerle atención al poder penetrante de la música. Ya lo comprobamos aquí con lo de «E` pa` fuera que van». Los acontecimientos recientes y los que se están cocinando en una olla terrorífica propia de las brujas del acto IV de Macbeth, que chillaban «hierve, hierve, caldero, duplica la fatiga y el problema», no nos dejan paz, y llegamos a pensar que somos, actualmente, el paraíso de las mentiras.

Pasados los siete hechos claves en torno al proceso electoral recién finalizado, señalados minuciosamente por Bienvenido Alvarez Vega en un artículo publicado en este periódico el 24 de mayo 2004, titulado «Cuando el peligro fue derrotado», nos queda el temor de que superado, gracias a la fortísima intervención de monseñor Núñez Collado y altos diplomáticos y funcionarios extranjeros el grave peligro de «travesuras» del PPH, todavía la insensatez de quienes no se conforman con sus derrota pueda hacer mucho daño en este largo período de transición-

La excesiva longitud de este proceso no sería preocupante y peligroso, si fuese utilizado con buena intención patriótica, pero las actitudes que uno ve, apuntan a dificultar grandemente la función del nuevo gobierno. Se empieza a formar una orgía de saqueos, de medidas malignas, inmorales y desconcertantes. Ya se le otorga al inefable Lois Malkum una jubilación -a la cual no tiene derecho conforme a las leyes y el buen sentido- que se acerca al medio millón de pesos mensuales, más otros suculentos beneficios que habrá de pagar el Banco Central a su catastrófico funcionario.

Pero con muchas las aguas que están turbias, y el presidente Mejía, que forzado por las circunstancias se vio obligado a reconocer la victoria de Leonel Fernández, Rafael Alburquerque y el PLD, no está actuando con la gallardía que cabría esperar, teniendo en cuenta que si ciertamente las nuevas «travesuras» pepehachistas o gubernamentales están dirigidas a agregar dificultades a las nuevas autoridades que se instalarán el 16 de agosto, no es menos cierto que empeoran la imagen, ya harto maltrecha, del gobierno de Mejía.

Hemos entrado en tal vorágine de sombras y ocultaciones, que hasta en las que Fuerzas Armadas no se explica un caso tan sonado como el del sargento Wilkin Cuello, dando lugar a que se especule en cuanto a ciertos compromisos económicos, viáticos y otros incentivos, que no parecen haberse cumplido. Las escuetas informaciones militares se han estado contradiciendo, y el panorama de la obediencia jerárquica en la zona castrense luce turbio y confuso.

Del Congreso hay tanto que decir, tanto que lamentar, que no sabe uno por donde empezar. Un proyecto de Ley aprobado por el Senado y remitido al Poder Ejecutivo elimina catorce áreas protegidas, arrancándole alrededor de dos mil kilómetros, divididos entre los Parques Nacionales Jaragua, Parque del Este, Parque Montecristi, Parque Los Haitises y Reservas Científicas de Laguna Redonda y Limón. No ha valido el repudio indignado del país, añadido al de más de treinta organizaciones científicas, económicas y ecológicas del mundo, agrupadas en la Coalición para la Defensa de Areas Protegidas, que incluye al Programa de la Naciones Unidas PNUD.

Predomina la insensatez. La voracidad por riquezas extravagantes ha sustituido al sentido de protección a la Patria. Impera la desvergüenza. El término Patria ha estado siendo arropado de tal manera por los utilitarismos, que ya suena como palabra hueca, sin resonancia interna y sin posibilidades.

Tenemos que reformar los sistemas de elección de funcionarios de los tres poderes el Estado.

Tenemos que empezar a elegir gente decente, pudorosa y amante de su Patria.

Que no nos faltan.

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