Menudo mundo. Subastan retrato imperial más caro de China

Menudo mundo. Subastan retrato imperial más caro de China

HONG KONG.- Un retrato de Chunhui, consorte del emperador durante la dinastía Qing, fue vendido ayer en subasta por 17 millones de dólares en Hong Kong, lo que convierte la obra, del artista italiano Giuseppe Castiglione, en el retrato imperial más caro de la historia de China. El retrato, de dos metros de alto por más de un metro de ancho, fue adquirido por un comprador anónimo durante la temporada de subastas de otoño que la casa inglesa Sotheby’s lleva a cabo en Hong Kong esta semana. Se trata del único retrato elaborado por el artista italiano que falleció en 1766 que permanecía en manos privadas, puesto que el resto se encuentran en el Museo del Palacio en la Ciudad Prohibida de Pekín. La puja con un precio de salida de 7.7 millones de dólares, duró veinte minutos.

La obra muestra a la protagonista del retrato, Chunhui, vestida con el traje de ceremonia para convertirse en Consorte Imperial, en 1737, a la edad de 24 años.
Originario de Milán, Giuseppe Castiglione trabajó para tres emperadores chinos (Kangxi, Yongzheng y Qianlong) durante 51 años. La obra forma parte de un paquete de cuatro retratos de consortes durante el reinado de Qianlong, con los que se adornaban las habitaciones de los palacios durante el siglo XVIII.

La pieza superó el precio alcanzado en una subasta a nivel mundial de un retrato imperial a otro elaborado también por Castiglione que fue vendido en mayo de 2012 por 5.1 millones de dólares.

Muñecos  artesanales  tienden a desaparecer

BANGKOK.-Una decena de artesanos fabrican a mano muñecos inspirados en la cultura tailandesa -incluyendo su literatura- en un pequeño museo-taller de Bangkok, donde esta tradición tiende a desaparecer debido a la falta de compradores. “Es muy probable que la tradición acabe pronto porque el mercado es muy pequeño y solo se interesan los amantes de los muñecos artesanales”, explica a Efe Arbhas Chandavimol, director del museo-taller Bangkok Dolls.

“Es un arte. Todos los muñecos están hechos a mano, no con máquinas, incluso las ropas. El diseño de los brazos y de las piernas tiene que hacerse de manera que puedan adoptar las formas de la danza tradicional”, dice Arbhas sentado en su despacho entre máscaras y muñecos de gigantes y bailarinas.

El tailandés reconoce que no reciben muchas visitas y que venden unos quince muñecos a la semana, sobre todo a través de establecimientos en Tailandia.

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