ARGENTINA. AFP. Juliana Finondo, de 39 años, besa a su hija Emilia junto a su esposo Gerardo Tuya, en Buenos Aires. El éxito en la fecundación in vitro de una mujer que recibió un trasplante de corazón 13 años atrás y cuya fertilidad fue afectada por las drogas que tuvo que tomar, abre una esperanza para otros casos similares.