Mercadeando el turismo con creatividad

Mercadeando el turismo con creatividad

POR DONALD ROWLAND
Cada día se confirma más el convencimiento que tienen muchos de que el marketing moderno tiene que ver con el uso racional de la ciencia, el arte y los recursos tecnológicos puestos en práctica en el terreno de la innovación y aplicados al logro de objetivos específicos en el campo comercial, político, institucional o en cualquier otra área de la actividad humana.

A diferencia de lo que ocurría en épocas pasadas, cuando esta disciplina se visualizaba como un recurso casi exclusivo para la obtención de objetivos puramente comerciales, hoy en día no existen limitaciones en la aplicación de sus principios para el logro de los más diversos propósitos, como lo demuestra la nueva tendencia que está primando en el enfoque promocional de los países y la explotación de sus atributos, beneficios y valores para conquistar la preferencia de los grandes usuarios de las vacaciones, el ocio y el entretenimiento.

La tendencia que predomina en la actualidad, en cuanto al desarrollo de las estrategias de mercadeo para el posicionamiento de los países, las ciudades o los sitios turísticos y de diversión ha tomado hoy un giro innovador nunca antes visto en este sector. Un trabajo para el New York Times sobre este particular escrito por Karen Robinovitz ilustra claramente las ventajas que tiene la República Dominicana con la aplicación de este enfoque estratégico para la captación de usuarios para su destino turístico.

La autora destaca que una de las formas más efectivas de mercadear estos destinos es la de asociarlos a la reputación de otros ya establecidos y que en opinión de los líderes del sector que establecen las tendencias estén perdiendo parte de sus encantos. Varios son los ejemplos que cita para apoyar su criterio sobre el particular. El Condado de Columbia en la parte alta de New York se viene reconociendo como el nuevo Hamptons, la famosa comunidad vacacional localizada en la parte Este de Long Island. Fort Lauderdale se promueve también como el próximo South Beach y Atlantic City se compara con Las Vegas en cuanto a su poder de atracción para los que buscan diversión y entretenimiento.

La República Dominicana, en su calidad de gran destino turístico ya se comienza a promover asociándola a St. Bart’s (como llaman los ricos y famosos que la visitan) a uno de los más famosos resorts en el área del Caribe, que viene perdiendo terreno ante la calidad y la diversidad de la oferta dominicana. Esto en opinión de afamados habitués y residentes en estos enclaves como son Mikhail Baryshnikov, Julio Iglesias, Oscar De la Renta, Amelia Vicini y Margarita Waxman, entre otros.

El testimonio dado por Baryshnikov luego de visitar Punta Cana Resort, atendiendo una invitación de su amigo De la Renta, demuestra claramente la ventaja comparativa en términos de atributos y de valores que adornan al producto turístico dominicano en estos momentos. Baryshnikov puso en venta su casa en St. Bart’s y construyó una en el país, porque en su opinión es “un mejor ambiente para sus hijos y un mejor lugar para el escape y el descanso.”

Margarita Waxman, quien vive en SoHo, al retirarse de su trabajo en Bulgari invirtió $3 millones de dólares comprando cuatro acres en la playa para su nueva villa dejando atrás a St. Bart’s en donde vacacionaba con frecuencia, destacando la facilidad de acceso aéreo directo a diferencia del viaje con escala que debía hacer para llegar a St. Bart’s.

La tendencia que se presenta convirtió a República Dominicana en el destino de más rápido crecimiento en el Caribe para American Airlines que ahora tiene 10 vuelos diarios desde el Aeropuerto Kennedy, superior a los siete que realizaba en el 2001. Agregándose a ello los vuelos de la línea JetBlue que ha hecho a la República Dominicana su primer destino fuera del territorio Norteamericano, sirviendo a la comunidad dominicana en New York y poniéndose al servicio de los que han convertido al país en su destino preferido para el ocio.

En Dominicana “se puede vivir a cuerpo de Rey por poco dinero”, ha dicho Alain Mora un reconocido agente de Bienes Raíces quien entiende que los dos lugares no son siquiera comparables, requiriéndose mucho más dinero en St. Bart’s para disfrutar de iguales ventajas. Las propiedades en el rango de $400 a $500 mil dólares en un proyecto exclusivo en República Dominicana valdrían de inicio $1.1 millones en el otro lugar.

La proyección y aceptación de sus atributos y valores en los estratos más exclusivos del mercado turístico internacional indican que el producto “República Dominicana” se encuentra en el mejor momento para su relanzamiento siempre que los nuevos funcionarios responsables del área gubernamental, así como los protagonistas del sector privado aprovechen esta plataforma para el desarrollo de unas adecuadas y efectivas estrategias de comunicación que consoliden y amplían la penetración alcanzada con esta favorable tendencia que se ha presentado en los últimos años.

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