Mercaderes apenas sobreviven

Mercaderes apenas sobreviven

Con 70 años, 40 de ellos como vendedor de víveres y de otros productos  de consumo diario, Andrés Leonel Amarante apenas sobrevive, porque según expone, el negocio ni siquiera alcanza para mantenerse.

Las condiciones en que se encuentra el negocio donde Amarante vende plátanos, papa, batata, yuca, ajo, cebolla, yautía, ñame, guineo y otros productos desde hace más de 40 años, 16 de ellos en el mercado de Villa Consuelo, es la mejor muestra del deterioro en que ha caído.

Es que la usura y la disminución de la demanda se han convertido en una verdadera amenaza para su establecimiento y muchos otros que como él se dedican a los negocios.

Para sostenerlo, su propietario se ve obligado a tomar préstamos diariamente en horas de la mañana, pero con el compromiso de pagarlos con un 20& de interés al caer la tarde.

Cada día este hombre toma entre 10 y 15 mil pesos para comprar las mercancías de  los camiones que abastecen el mercado desde diferentes puntos, pero en la mayoría de las ocasiones no puede pagar la deuda contraída por la caída en las ventas.

Los resultados del esfuerzo, el trabajo y la entrega de este hombre, quien se levanta a las tres o a las cuatro de la madrugada, no son recompensados porque, en ocasiones, en lugar  de ganancia termina con pérdidas y tiene que posponer el pago de los intereses para el día siguiente.

“Es que la gente no tiene dinero para comprar, ni siquiera en la Navidad pasada se vio movimiento de dinero en esta plaza”, expuso Amarante en su puesto del Mercado de Villa Consuelo.

El peso de la crisis se ha acentuado a partir del año 2004, pero con mayor crudeza en los últimos 12 meses, según  Amarante, uno de los comerciantes que fuera desalojado del viejo mercado y ubicado en un cubículo dentro del nuevo establecimiento, hace 16 años.

Recuerda que  hace unos años vendía hasta 18 quintales diarios, tres mil unidades de plátano y entre dos y tres mil de guineo.

Sin embargo, de unos meses a la fecha le da brega vender 500 unidades de los rubros mencionados anteriormente, por lo que con frecuencia las mercancías se dañan por falta de demanda.

Ayer fue un día que Amarante pagó RD$9,000 de plátano. Sin embargo, al término de la jornada vendió apenas el 50%, por lo que no pudo cumplir los  compromisos contraidos  con el prestamista y la deuda fue pospuesta para este jueves.

El comerciante no se siente muy optimista de que la situación económica mejore sustancialmente.

Créditos ahogan   negocios

¿Cómo  sobrevive ante la crisis económica? Aquí sobrevivimos haciendo de tripa corazón, tomando préstamos por la mañana y pagándolos en la tarde con altos intereses.

¿Las ventas del día alcanzan para pagar intereses tan elevados?No alcanzan, pero para uno mantenerse activo hay que hacerlo, aunque trabajemos para estar cansados.

¿Cual son sus principales inquietudes? Que haya más dinero circulando para que la gente acuda a los negocios a comprar, porque estas se encuentran por el suelo en los actuales momentos. Otra inquietud que tenemos los mercaderes es el hacinamiento en que nos desenvolvemos, ya que tenemos 16 años esperando la construcción del Mercado por parte del Ayuntamiento del Distrito Nacional.

¿Confía usted en que la situación económica podría mejorar?  No estamos muy optimista en ese sentido, ya que no observamos acciones concretas por parte de las autoridades con miras a cambiar el panorama, que ha venido empeorando desde hace cuatro años. Los políticos pierden su tiempo discutiendo, pero nada para favorecer a los pequeños comerciantes como nosotros.

¿En qué momento siente más la crisis?  Mire, ahora es cuando más duro nos ha dado la crisis económica, aunque hace cuatro años que comenzamos a sentirla. Si el Todopoderoso no mete sus manos no sabemos hacia donde vamos.

Zoom

Terminar obra

Andrés Leonel Amarante exige del Ayuntamiento terminar la construcción del mercado de Villa Consuelo, obra iniciada hace 1 año y que marcha a paso de tortuga

Sin esperanza

El mercadero Amarante Advierte pocas acciones de las autoridades para que el panorama cambie a favor de los pequeños negocios.

Un milagro

Solamente un milagro podría cambiar radicalmente el estado de situación en que la sociedad y el mundo.

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