Los haitianos regresaron a su país en cuanto compraron
Las calles, aceras, contenes, los parques y colmados del casco urbano de este municipio fue arropado ayer por una marea de haitianos y dominicanos que se concentraron en intercambiar mercancías desde las primeras horas de la mañana.
Los cientos de vendedores y compradores haitianos comenzaron a llegar a Carrizal desde las 4 de la madrugada, a pie, en motocicletas, camionetas y camiones, a la espera de la apertura de los portones por donde penetran hasta el mercado local, situación que generó cierta inquietud en los militares que custodian la entrada, por temor a que los extranjeros echaran abajo la puerta.
Desde tempranas horas de la mañana de ayer periodistas de este diario acudieron al lugar para comprobar también la llegada a este municipio de decenas de camiones repletos de distintas mercancías que luego intercambiaron con los haitianos.
Las expectativas por acudir al mercado binacional eran tales que ya desde el jueves 15 en horas de la tarde todas las habitaciones de los hoteles y las casas de alquiler estaban reservadas por dominicanos y haitianos, quienes se adelantaron para garantizar su presencia en el tradicional intercambio comercial que permaneció cerrado durante dos semanas, luego del magnicidio que se produjo en Haití el 7 del cursante mes.
Y es que el intercambio comercial que viene realizándose en este municipio desde hace más de dos décadas se ha convertido en la principal actividad económica de esta empobrecida provincia.
No obstante que el mercado binacional se desarrolló en una absoluta tranquilidad, los militares destacados en todo el entorno de Carrizal mantuvieron una celosa vigilancia de los haitianos, en especial cuando ingresaron.
Una fuente militar que pidió reserva de su nombre afirmó que hay instrucciones precisas de “no bajar la guardia, estar siempre en alerta roja para evitar que alguien se aproveche de la reapertura del mercado y pueda colarse”.
Zoom
Buscan extranjeros
Las personas con la tez más clara que resultaban ser sospechosas de proceder de otros países eran sometidas a una serie de revisiones de sus documentos, ya que las autoridades tenían el temor de que se tratara de colombianos y venezolanos que, según se dijo en las primeras informaciones, participaron en el asesinato del fallecido presidente haitiano Jovenel Moïse.