Aunque el mercado hipotecario ha tenido un crecimiento significativo durante los últimos años, todavía es pequeño, afirma el estudio sobre urbanismo y desarrollo territorial en RD, el cual advierte que una expansión sostenible de ese mercado dependerá de la capacidad de las instituciones financieras para mejorar el acceso a familias de bajos ingresos, con ingresos informales o irregulares a través de metodologías innovadoras de evaluación del riesgo crediticio o esquemas financieros flexibles.
La deuda hipotecaria dominicana en relación al producto interno bruto (PIB) está por debajo de la de los países desarrollados y es inferior al promedio de la región.
La cartera hipotecaria del país ha crecido de forma consistente durante los últimos 15 años, pasando de una relación de deuda a PIB de un 2,9% en 2006 a un 5% en diciembre de 2020 (se produjo un salto de 51,000 hipotecas registradas en 2006 a 108.000 en 2021).
En efecto, la cartera hipotecaria correspondiente al período 2007-2020 se multiplicó por 4,2 y presentó un crecimiento anual promedio de un 11,7%. A pesar de este importante crecimiento, la deuda hipotecaria como porcentaje del PIB continúa estando por debajo del promedio de la región (un 8,2%) y de otros países como Chile (17,5%) y Colombia (8,8%).
Específicamente, entre 2016 y 2020 se otorgaron aproximadamente 15,500 créditos por año, con un monto promedio por crédito de 2,6 millones de pesos dominicanos.
El crédito hipotecario promedio en la cartera requiere un ingreso familiar mensual de alrededor de 7,8 salarios mínimos.
Los bancos y las asociaciones de ahorro y crédito son los actores clave en el mercado hipotecario dominicano.
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El 63% de las hipotecas están en manos de instituciones bancarias, de las cuales Banreservas y el Banco Popular concentran un 63% de las hipotecas del sector bancario. El 36% están en manos de asociaciones de ahorro y crédito, específicamente la Asociación Cibao, la Asociación Popular y la Asociación La Nacional.
La inversión en vivienda social entre 2014 y 2020 fue de un 0,065% del PIB.
A lo largo de la cadena de valor existen obstáculos que dificultan el desarrollo de un mercado de la vivienda eficiente, resiliente y sostenible.
El alto nivel de informalidad e irregularidad en el registro de propiedad en la República Dominicana es uno de los principales obstáculos para la planificación urbana y el desarrollo de un mercado de vivienda efectivo, dice el estudio.
Este impide el acceso a la tierra, la implementación de las regulaciones de construcción, y el acceso al mercado hipotecario.