Mercado Modelo mueve $100 millones al mes

Mercado Modelo mueve $100 millones al mes

Desde una Agüita de Florida para la suerte, un amuleto, una botella llena de raíces para «la naturaleza» hasta la más fina artesanía se vende en el Mercado Modelo. Se trata de un negocio que genera mensualmente más de cien millones de pesos, según las cifras municipales.

Construido en 1942, el Mercado Modelo dejó atrás hace años el olor a frutas, carne y pescado para transformarse en la plaza turística más grande de la República Dominicana, donde se exponen la ingeniosidad creativa y las manifestaciones culturales del pueblo dominicano.

La crisis económica que sacudió al país no atravesó el pórtico del mercado, porque su blanco de público no es dominicano, sino los visitantes extranjeros que visitan al país durante todo el año.

Entrar al Mercado Modelo es también dar un paseo por la nave del pretérito, pues allí se pueden encontrar utensilios culturales como las tinajas y el fututo, que sólo viven en los recuerdos.

El mercado, que está bajo la administración del Ayuntamiento del Distrito Nacional, tiene 520 negocios instalados oficialmente y alrededor de 50 vendedores que tienen su hábitat en el entorno.

Cada negocio vende entre seis mil y nueve mil pesos cada día, mientras los vendedores del entorno, principalmente los que se dedican a vender cuadros, pueden llegar a ganar hasta US$200 y US$300 en una sola transacción.

En contraste con la gran cantidad de dinero que mueve el Mercado Modelo, la municipalidad sólo recibe la insólita suma de RD$300 cada año por el alquiler del espacio donde han sido ya instaladas tiendas.

A principios, el mercado estaba estructurado en base a mesas, pero cuando la plaza se hizo exclusivamente artesanal, los «dueños» de esos espacios fueron cerrando hasta convertirlos en pequeñas tiendas.

El doctor Rubén Darío Beltré, administrador del mercado, explicó que los dueños de «tiendas» tienen contratos de arrendamiento desde tiempos remotos por RD$300, renovables cada año, pero que no ha sido posible ajustar el precio, porque se necesita de una legislación municipal y nadie se ha atrevido por temor al costo político.

Explicó Beltré que cada tienda paga sólo entre tres y cuatro pesos diariamente como arbitrio.

Las 530 tiendas instaladas en el Mercado Modelo generan alrededor de RD$110 millones cada mes en ventas, estiman las autoridades municipales, mientras el ayuntamiento sólo percibe RD$200,000 mensuales por pago de arbitrios y sólo RD$159,000 cada año por concepto de los contratos.

Beltré dijo que los dueños de esas tiendas no son personas pobres, pues la mayoría vive en Arroyo Hondo y son propietarios de jeepetas.

«Hay una concentración de negocios, porque hay personas que tienen hasta 20 negocios. Esto es ya un gran negocio», dijo.

[b]SIN TIEMPOS MALOS[/b]

Según Alexis Matos, administrador de una de las casillas, en el Mercado Modelo no se pude decir que hay tiempos malos porque ellos les venden a los turistas.

«Comoquiera aquí se vende, porque esto es para turistas, aunque también se les vende a los dominicanos», dijo.

[b]DE CAMBIOS[/b]

Don Enrique Campusano llegó al mercado en 1949, cuando aquello era Ael hospedaje@, un hervidero de productores agropecuarios que venían de la periferia de la ciudad y desde el Cibao a vender sus productos.

Entonces Don Enrique pagaba dos pesos por día para mantener una mesa en la que vendía verduras. En esa época se ganaba hasta 70 pesos cada día.

Sin embargo, Campusano es un próspero comerciante y confiesa que el día de menos venta se gana hasta ocho mil pesos. En ese promedio ronda la mayoría de los vendedores consultados por reporteros de HOY.

«Esto aquí era un mercado de frutas y legumbres, pero de los años 70s para acá se convirtió en un mercado de artesanía, ya aquí no se vende nada de comer. Todo eso está afuera», dijo.

[b]LO QUE MAS VENDE[/b]

Los vendedores explican que la mercancía más apreciada por turistas y compradores criollos son las «mamajuanas», botellas llenas de raíces, supuestamente afrodisíacas.

También se venden los sombreros y el tabaco, que son buscados más por los turistas.

Yanet Pérez, empleada de un gift shop, explicó que allí se vende mucho el ámbar y las esculturas de barro.

Manifestó que el mercado funciona todos los días y asegura que la venta siempre se mantiene estable.

Mary Grau, administradora de otro negocio, dijo que las tiendas del Mercado Modelo tienen siempre público porque los operadores turísticos llevan allí a los visitantes extranjeros.

Sin embargo, se queja de que la situación energética ha causado un gran trauma a las tiendas, pues es imposible operar sin energía eléctrica.

«Todas las tiendas ya tienen sus plantas eléctricas, porque hay un sistema en la azotea para instalarlas, pero estamos gastando mucho en combustibles», explicó.

Moisés Martínez, del gift shop El Vegano, explicó que los turistas compran Acualquier chuchería, hasta un pedazo de palo@.

«Es que aquí viene gente de todas partes del mundo, por eso aquí se vende de todo, al que no le gusta una cosa compra otra», dijo.

[b]LA ADMINISTRACIÓN[/b]

Beltré explicó que el Mercado Modelo representa un peso para el ayuntamiento porque hay que pagar 14 empleados para mantenimiento y vigilancia.

Manifestó que lo que percibe cada año, un millón de pesos aproximadamente, por conceptos de arbitrios es insuficiente para cubrir los costos de mantenimiento.

Beltré consideró el mercado como el centro cultural-turístico más importante del país, donde dice se han desarrollado grandes talleres de artesanía.

Indicó que la mayoría de las piezas que allí se venden son producidas por artesanos que hacen vida en el mercado.

Explicó que el mercado no ha crecido porque el espacio físico que se le reservó en la época fue muy reducido.

Indicó que el mercado tuvo su origen en el interés del dictador Rafael Leonida Trujillo de sustituir el viejo mercado que operaba en el extremo sur de la calle Palo Hincado.

«Antes también había el mercado de San Antón y parte de ese mercado fue trasladado hacia aquí, cuando se reconstruyó la plaza», explicó Beltré.

Dijo que la transición de un mercado de producción agrícola a una plaza turística tuvo su origen en un asunto de la demanda, porque los turistas que caminaban por la avenida Mella llegaban hasta allí en busca de algunos objetos típicos, lo cual obligó a los vendedores a cambiar de oferta.

«Algo curioso es que aquí hay gente que vende hasta en dólares y ellos pagan dos pesos y tres pesos por el alquiler del establecimiento, pero cuando le hacen un aumento de arbitrios, no lo aceptan», expresó.

Advirtió que el costo está por encima de las recaudaciones y, por tanto, el mercado se ha convertido en una carga para la administración municipal.

Indicó que hasta la vigilancia en el mercado está a cargo del Ayuntamiento del Distrito Nacional.

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