POR LLENNIS JIMÉNEZ
El Mercado Nuevo de la avenida Duarte fue dotado de un parqueo asfaltado, con acera e iluminación. Sin embargo, en su interior sigue luciendo como una “pocilga”, con lodo, hedor, humedad y basura. La contaminación le dificulta brindar el servicio que miles de clientes anhelan obtener en este principal centro de acopio del Distrito Nacional y la provicia Santo Domingo.

Pero esta plaza dista mucho de poder ofrecer un intercambio comercial eficiente. No cuenta con servicio sanitario y pluvial, agua potable, una correcta administración de los productos y un seguro servicio de vigilancia.

Los comerciantes están a la espera del anunciado préstamo de US$23.0 millones que recibirán las autoridades municipales, parte de los que se les dijo que serán invertidos para rehabilitar el arrabalizado centro. Dicen que la obra sería adjudicada a una empresa española.

A pesar de que el mercado tiene el ansiado parqueo, construído por el Ayuntamiento del Distrito Nacional (AND), con aporte de la Asociación de Comerciantes, el estacionamiento resulta insuficiente para los cientos de vehículos que diariamente abastecen los almacenes y retiran artículos.

Afuera, la gente reconoce las bondades del estacionamiento y el esfuerzo del cabildo. Sobre todo, porque se redujeron los robos, las trifulcas por las áreas para dejar un vehículo, la estrechez solucionada con la señalización y el aislamiento de los vendedores informales que se tiraban en el suelo a expender vegetales, ropa, frutas y mercancía miscelánea.

También reconocen que drogadictos y “piperos”, como llaman a los consumidores de sustancias narcóticas que alegadamente robaban accesorios de los carros, han abandonado el lugar. Además, como nunca en muchos años, fue reservado un espacio para el tránsito del peatón.

Las puertas ubicadas por el lado de la avenida Duarte fueron despejadas, lo mismo que la acera del mismo límite, las que estaban repletas de vendedores dominicanos y haitianos, acusados de realizar una competencia desleal a quienes alquilaban espacios dentro.

QUEDARON FUERA

Alrededor de 300 vendedores ambulantes fueron sacados del parqueo para dar paso a la organización del mismo. Fueron retiradas las mesas de frituras y las barberías que afeaban la entrada principal del local.

Los comerciantes sin casetas no tienen paraderos y la mayoría ha decidido arrimarse a la acera de la avenida Duarte, mudando el problema de su ubicación a esa vía, la que desde hace años es usada como puesto de los vendedores de piña.

Enélsido Valdez Cabrera, crítico del tortuoso devenir de este mercado, afirmó que las autoridades locales le “lavaron la cara”, pero que están pendientes las tareas más importantes como reconstruir la nave, cambiar los pisos y resolver la situación del deplorable drenaje, para eliminar las aguas negras.

Los motoconchistas Lauterio de la Cruz y Miguel Ángel Bautista dicen que dentro del mercado no se ha hecho nada, pese a que afuera no hay basura. Celestino Taveras se queja de que se le quitó del puesto que ocupaba frente al mercado desde el año 1993, en el que pagaba RD$20.00 diarios de impuesto.

“Ahora estoy fuera del mercado. Tenía unos chelitos y me los comí. Ahora me paso el día sentado aquí”, planteó Taveras, con un lamento similar al de decenas de vendedores alojados en la Duarte.

Los vendedores de piña improvisaron carpas con lonas en plena calle Duarte y, junto a ellos, se vende ropa usada y calzado.

PRECEDENTE

Una de las medidas adoptadas para mantener la higiene en el frente del Mercado Nuevo consiste en multar a todo aquel que sea sorprendido lanzando desperdicios al pavimento.

Un promedio de 15 policías municipales se desplazan en el recinto cuidando el parqueo, las entradas y los pasillos de los pabellones, intentando frenar los robos, las peleas de los comerciantes y los jóvenes dedicados al vicio.

PARECER DE ALMACENISTAS

John Vidal, administrador de Casa Alberto, indica que ciertamente se han beneficiado de la limpieza, pero urge la terminación de la segunda etapa del parqueo, que estará cerca de las distribuídoras de huevos.

Esta zona luce en peores condiciones, pues se llenó de agua lluvia y la gente optó por dejar los vehículos encima de los escombros de la construcción.

De su lado, el presidente de la Asociación de Distribuidores  de Huevos, Gregorio Alba, explicó que no saben la razón por las que no se ha terminado el parqueo frontal y no han trasladado a los vendedores que usan la Duarte a la parte de la avenida de Los Reyes Católicos.

El área de los plátanos es un asco. Todos los rubros son colocados en el lodo. Genaro Burgos y Ángel Navarro explicaron que el lado de los plátanos era barrida con frecuencia en los días de la pasada campaña para las elecciones congresionales y municipales.

TIERRA EN VEGETALES

Quienes no acostumbran a entrar en el “estómago” de esta nave, no dan crédito al sucio que tienen las mesas de concreto de las hortalizas y los pasillos centrales. Las tarimas de madera parecen sacadas de un basurero. Adentro de algunos depósitos de mercancías los gatos son los responsables de alejar a los ratones.

Gabriel Romero, propietario del cubículo “Vegetales la Fortuna,” se resignó a limpiar su mesa con el piso lleno de lodo, cartón y las hojas que sueltan los repollos.

Jesús Santos tiene que asear el pequeño trecho que usan para expender remolacha hervida y mantener el pestilente filtrante sin basura encima.

El fétido ambiente que se respira en el área de las carnes marea a los visitantes, a tal grado, que una vez se pasa, se desecha el camino que ya fue bautizado como “el pasillo de la muerte”.

Israel Rivera y Jaime Reyes, de la carnicería número 12, recuerdan que al apestoso piso se le retiró la tierra con una pala, hace varios días, ya que la escoba no resulta para la labor.

DROGA Y DELINCUENTES

Comerciantes del mercado que residen en el sector La Esperanza, de El Torito, Villa Mella, solicitaron a la Policía Nacional controlar las fechorías que cometen jóvenes que atracan los negocios, mientras los agentes del destacamento más cercano no entran a la barriada.