Mercados pasan factura a Puerto Rico por primer impago

Mercados pasan factura a Puerto Rico por primer impago

Los mercados financieros han comenzado a pasar factura a Puerto Rico por su primer impago de deuda. El martes el precio de la deuda puertorriqueña cayó con fuerza.

Sin embargo, las cooperativas financieras puertorriqueñas, con 1.100 millones de dólares en deuda de las corporaciones estatales de Puerto Rico en su cartera de inversión, aseguraron ayer que mantienen su solidez pese al primer impago. El presidente de la Junta de Directores de Liga de Cooperativas de Puerto Rico, William Ortiz Negrón, señaló que los 4 millones de dólares que no fueron abonados a las cooperativas como consecuencia del primer impago no supondrán un hándicap para la buena situación financiera del sector. El pasado fin de semana la Corporación para el Financiamiento Público (PFC, en inglés) de Puerto Rico no saldó un compromiso con sus acreedores, en el que están incluidos los 4 millones de dólares que les corresponden a las cooperativas financieras locales.

El precio de las obligaciones generales de Puerto Rico–un tipo de título de deuda que los países venden a inversores para financiarse- con vencimiento en 2035 bajó el martes a 69 céntimos por dólar, el nivel más bajo en un mes.
En su mejor día, marzo de 2014, se habían vendido a 93 céntimos. El interés reclamado por los inversores para poner su dinero en la deuda del Estado Libre Asociado de Estados Unidos ha alcanzado el 12,2%, según los datos manejados por Bloomberg.

Cuanta menos confianza hay en la recuperación de un dinero prestado, más rentabilidad se exige para dejarlo. Esa es la lógica que agrava la crisis de deuda de los países. Y este, que se ha dado en llamar la Grecia del Caribe, lleva una década de crisis.
El gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla, está intentando una renegociación de la deuda del país, que alcanza 72.000 millones de dólares y la decisión de dejar de abonar una vencimiento concreto de 58 millones de dólares (correspondiente a la Corporación de Financiamiento Público, poco protegida, frente a otras que sí se han pagado) es considerado por algunos analistas como un mecanismo de presión para forzar la reestructuración de ese lastre. Los títulos impagados no ofrecen mucho margen de reclamación porque se supeditan a dotaciones presupuestarias.

“Es una mala estrategia porque ahora va a ser mucho más difícil salir a buscar financiación que el país necesita”, apunta el economista puertorriqueño Gustavo Vélez. “Muchos hedge funds [fondos de alto riesgo] son los que en los últimos meses han estado adquiriendo esos bonos a 30 o 40 céntimos el dólar en el mercado secundario [donde los inversores compran y venden los títulos en su día emitidos]”, añade. Y estos, como recuerdan experiencias como las de Argentina hace un año con los fondos buitre, son los más duros de pelear en una negociación.

Pero el gobierno de Puerto Rico anunció el viernes que no podría pagar el dinero que le queda en la caja se debe destinar a cubrir los servicios del Estado Libre Asociado. Mientras, un grupo de trabajo diseña un plan de reestructuración de la deuda –que traerán consigo también ajustes de gasto público y medidas fiscales- con la que presentarse ante los acreedores el 1 de septiembre.

Phil Fischer, jefe del equipo de finanzas locales de Bank of America, no entra en cuestiones de estrategia. A su juicio, el mensaje para los mercados es claro: “Lo que nos ha dicho es que no puede pagar, que necesita una renegociación de su deuda, y eso es una forma de impago”.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas