PARIS,  AFP –  Los mercados seguían ayer  con mucha preocupación la situación en Grecia y Dubái, cuyos problemas financieros amenazaban con provocar un efecto de contagio en otros países, como España y Rusia.

 La explosión de déficits y deudas públicas preocupa también a Gran Bretaña e Irlanda, en camino a drásticos recortes presupuestarios para contener sus cuentas y recuperar la confianza.  El primer ministro griego, George Papandreou, afirmó el miércoles que «por primera vez desde 1974, la paralización de las finanzas públicas amenaza nuestra soberanía nacional», durante una reunión de gabinete.

 La agencia de calificación Fitch anunció el miércoles que colocaba bajo vigilancia negativa el conjunto de las transacciones financieras estructuradas de Grecia, cuyo monto se eleva a 9.700 millones de euros (unos US$14.3000 millones ).

 El martes, Fitch ya había rebajado la nota de deuda a largo plazo de Grecia, de «A-» a «BBB+». Otra agencia de calificación, Standard and Poor’s, había anunciado el lunes que ponía bajo vigilancia negativa la nota de crédito a largo plazo de Grecia.

 Francia y Suecia, socios de Grecia en la Unión Europea (UE), pidieron el miércoles al gobierno griego que aplique «un plan verdadero y eficaz para ordenar las finanzas públicas», en palabras de la ministra francesa de Economía, Christine Lagarde.

 Grecia está en la mira por la explosión de su déficit público (12,7% del Producto Interior Bruto) y su deuda (113,4% del PIB) en 2009.

 Su situación ha empeorado en forma dramática tras la crisis de Dubái, que había anunciado el 25 de noviembre pasado un pedido de moratoria para el pago de una deuda de un conglomerado público.

 A pesar de las declaraciones del presidente de Emiratos Arabes Unidos, jeque Jalifa bin Zayed al Nahayan, insistiendo en que el país había contenido la crisis económica global, la bolsa de Dubái se hundió 6,39% el miércoles, lo que la ha llevado a perder en apenas dos semanas todas sus ganancias del año.