Mercados que despiertan los sentidos

Mercados que despiertan los sentidos

Los mercados son lugares donde habitualmente se reúnen compradores y vendedores para efectuar sus operaciones comerciales. Pero los mercados tradicionales son, más que puntos comerciales, lugares de encuentro donde late el corazón de los pueblos, y en muchos casos se convierten en atractivos turísticos.

En España los dos mercados más populares son el San Miguel, en Madrid y la Boqueria, en Barcelona. Ambos han superado el tradicional concepto para este tipo de establecimientos para convertirse en destacados atractivos turísticos al que acuden miles de visitantes atraídos por el su ambiente popular, la oferta gastronómica y la variedad de alimentos y productos tradicionales que se encuentran.

San Miguel. Este mercado de Madrid fue inaugurado el 13 de mayo de 1916 y pesar de que casi cumple un siglo de existencia, mantiene su esencia, conserva su original estructura de hierro de principios del siglo XX y ha sido acondicionada como una oferta turística para locales y visitantes extranjeros.

Hoy es un popular lugar de encuentro de los madrileños y uno de los atractivos recomendados para quienes visitan la capital ibérica.

Se encuentra en el centro histórico de la ciudad, próximo a la concurrida Plaza Mayor.

Se caracteriza, por la equilibrada distribución de sus espacios, que coloca en un lado los puestos de venta de alimentos de la tradicional gastronomía española, y en otra área puestos en los que se pueden degustar vinos, la rica variedad de embutidos locales y otros delicias gastronómicas.

En este lugar usted puede comprar los más exquisitos jamones en un puesto y llevarlo al otro donde disfruta de los buenos vinos.

San Miguel, de antiguo mercado, fue reconvertido en un emblemático punto de la ciudad para consumir tapas madrileñas y una gran variedad de productos que han hecho de él, el más visitado por los turistas.

Mercado La Boqueria. Su historia se remonta a la época inicial de Barcelona. Era el mercado tradicional de la ciudad a mediados del siglo XIX.

Hoy sigue como un lugar en que los residentes en el centro adquieren frutas, vegetales y otros alimentos y productos.

Es considerado uno de los mercados emblemáticos de Europa.

Pero además, se distingue por la variedad y calidad de la oferta gastronómica que se puede degustar en una gran diversidad de locales, en un ambiente, colorido, popular y atractivo, que se diferencia de los restaurantes tradicionales.

Sus características únicas despiertan los sentidos, sobre todo para quien llega por primera vez.

Este lugar es tan popular que está incluido en la lista de los principales atractivos turísticos de Barcelona, donde además de comprar una gran variedad de productos comestibles, el visitante puede deleitarse consumiendo la diversidad de platos típicos de la ciudad, y también disfrutar de un buen vino en medio del bullicio de la gente.

En su amplio espacio se pueden encontrar bares y restaurantes, charcuterías, carnicerías, frutas y vegetales, legumbres y cereales, pescaderías, colmados, olivas y conservas, e infinidad de otros productos.

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