A pocos días de conmemorarse 45 años de la Guerra de Abril del 65, las monjas del Padre Billini, esas que dieron tanto alivio, protección, refugio y atenciones a los contendientes y a los vecinos del hospital, celebran el centenario de su llegada al país.
En la bella tarde del 6 de mayo de 1910, pisan por primera vez las Américas ocho religiosas que el 12 de abril habían partido desde la ciudad española de Málaga, para traer el carisma evangelizador mercedario.
En el puerto de Santo Domingo fueron recibidas por el presbítero Guillermo Fapshire y una comisión que las llevaría a la entonces Casa de la Beneficencia, hoy Hospital Padre Billini, que honra la memoria del sacerdote y filántropo fallecido nueve años antes.
En medio de precariedad de toda índole y pobreza extrema las hermanas se hicieron cargo de servicios que hasta entonces brindaban personas caritativas. Las religiosas pasaron hambre, tuvieron que mal dormir en catres destinados a los enfermos y sufrieron extremas necesidades, pero siempre contaron con el apoyo de los Frailes Capuchinos. De estos sacrificios surgieron frutos con admirable fecundidad y creció la congregación, de tal suerte que se fue forjando en Centroamérica y el Caribe la Provincia San José, desde el 17 de noviembre de 1923, integrada por República Dominicana, Puerto Rico, Panamá, y mas recientemente se agregaron Haití y La India, con diversas obras en Salud y Educación, que sirven a las comunidades laicas.
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Mercedarias de la Caridad y sus labores en el país
En República Dominicana las Hermanas Mercedarias de la Caridad han rendido su labor en el Hospital Padre Billini, el Convento de Regina Angelorum, el Hospital Oncológico Dr. Heriberto Pieter, el Hospital Dr. Salvador B. Gautier y la Nunciatura Apostólica en Santo Domingo ; el Colegio San José en Montecristi.
En cada una de estas y otras instituciones las hermanas han puesto de manifiesto su carisma basado en el llamamiento del padre Juan Zegrí, oriundo de Granada, España, quien fundó la Congregación el 16 de marzo de 1878 en Málaga, fruto de una lectura espiritual y antropológica.