Mercedes: Redentora de los Cautivos

Mercedes: Redentora de los Cautivos

POR LEONOR ASILIS
El 24 de septiembre es un día de fiesta nacional: el día de la Virgen de las Mercedes, nuestra Patrona. Esta devoción nace en nuestro país casi desde el descubrimiento de la isla. Sin embargo, el título mariano la Merced se remonta a la fundación de La Orden Religiosa de los Mercedarios el 10 de agosto de 1218, en Barcelona, España.

San Pedro Nolasco es quien funda una orden dedicada a la merced, obras de misericordia cuya misión particular era la misericordia para con los cristianos cautivos en manos de los musulmanes.

Focalicemos el punto principal de la acción de nuestra Madre María de Las Mercedes: ser Redentora de la cautividad espiritual.

¡Exacto! Muchas veces pensamos en los pobres presos físicos, y así debe ser. Es más, debemos hacerlo, es nuestro deber. Sobre todo los que se dedican a ejercer la justicia. Ver sus causas.  Causas, muchas veces olvidadas y perdidas que perpetúan bajo las cadenas 

Indolentes a muchos inocentes, indefensos que aun esperan por su liberación.

¡Cuanta tela que cortar en este tema! Y que decir del estado físico de nuestras cárceles: hacinamiento, carestías, insalubridad, inseguridad, promiscuidad, poca ventilación, etc.

Es preciso poner atención a nuestro sistema carcelario, y también  actuar en la prevención, y detención de la creciente delincuencia, fruto del mal que crece por las injusticias, amistades malsanas, ambiciones desmedidas y, sobre todo, por falta de afecto.

Aquí es donde la Madre es inmensa en misericordia, canal perfecto de intercesión al Padre. Con razón le llaman, la Omnipotencia Suplicante.

Por Ella, Jesús hizo su primer milagro en las Bodas de Canaan.

Debilidad de Dios es María, su Hija, su Madre, nuestra Madre. ¡Pidámosles a Ella por nuestro país, nuestro pueblo, nuestros presos!

Para terminar, citamos una bella reflexión anónima, sobre los presos: “No todos los que están en la cárcel son verdaderos delincuentes. Muchos cometieron su delito en un momento de apasionamiento o de locura que estaba muy lejos de representar sus verdaderos sentimientos interiores y disposiciones  habituales. Otros muchos han sido víctimas de ambiente que respiraron y de la educación que recibieron de pequeños.  Y en todo caso, todos ellos son seres actualmente infelices y desgraciados, lo cual es un título sobrado para excitar nuestra compasión y misericordia, cualesquiera que sean sus antecedentes y la culpabilidad en su conducta.

Cuanto bien se puede hacer a los pobres  presos visitándolos con frecuencia y prodigándoles palabras de consuelo y de esperanza.

Aun a los condenados a prisión perpetua se les puede ensanchar el alma enseñándoles que la verdadera libertad es la del espíritu; que el que viven gracia de Dios es libre aunque viva en una cárcel, y el que vive en pecado mortal es esclavo y prisionero aunque parezca gozar de libertad en plena calle; que la cárcel de este mundo no podrá prolongarse mas allá de lo que dure nuestra vida, mientras que más allá del sepulcro existe una cárcel perpetua, de la que no se sale jamás.

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Leonor.Asilis@verizon.net.do

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