La división AMG de Mercedes-Benz, encargada de desarrollar los vehículos de altas prestaciones de todas sus gamas, acaba de alborotar el segmento de autos de lujo con un Clase S lleno de vigor y poderío. No se esperaba que la marca de Stuttgart decidiese convertir su modelo de representación en una berlina superdeportiva, pero lo ha hecho y cómo. De este modo, puede presumir de contar, entre su numerosísima familia de vehículos, con la berlina de serie más potente del mundo.

El público estadounidense ha sido el primero en tener ocasión de ver esta nueva joya de la técnica automovilística, ya que el Mercedes S 65 AMG es una de las “estrellas” del Salón de Detroit, que abrió sus puertas el día 9 de este mes. Con su aparición se completa la gama del nuevo Clase S, que tanto ha dado que hablar por las formas de su carrocería, muy dinámicas e inusuales en un auto de su categoría.

Quizás por eso, la elaboración del S 65 AMG no ha puesto el acento en una presentación exterior muy deportiva. Apenas lo necesitaba. De hecho, sólo se le ha sustituido el paragolpes delantero por otro más prominente y con un faldón aerodinámico integrado que incluye una amplia toma de aire central. Estribos bajo las puertas, aros y ruedas de tamaño descomunal caracterizan su lateral, mientras que en la parte trasera llaman la atención las nuevas salidas de escape, dos dobles en sus extremos.

Por las imágenes suministradas, tampoco se han esmerado en dar un ambiente deportivo al interior. Por el contrario, el habitáculo del S 65 AMG conserva el estilo exquisitamente lujoso del resto de los modelos de la Clase S y su completísimo equipamiento.

Torque descomunal

El motor es el gran protagonista del S 65 AMG. Se trata de un bloque de 12 cilindros en V y seis litros de capacidad dotado de inyección electrónica y complementado por dos turbos con sus respectivos intercambiadores de calor (‘intercooler’) refrigerados por agua. El resultado es una potencia de 612 caballos, que se obtienen entre las 4,750 y las 5,100 revoluciones por minuto.

Pero, si bien esa potencia supone un récord entre los turismos de serie, más importante aún es el valor de torque motor disponible. Es de cuatro cifras, en concreto de 1,000 Nm entre las 2,000 y las 4.000 rpm. Este descomunal valor de torque ha impedido que el auto pueda utilizar la caja de cambios automática 7G Tronic, por lo que AMG ha tenido que acudir a un nuevo cambio automático de cinco velocidades. Se acciona desde unas levas situadas en la columna de dirección (no hay palanca convencional), y cuenta con tres programas: Sport, Comfort y Manual, que se seleccionan pulsando un botón situado en la consola central.

El S 65 AMG utiliza un sistema neumático de suspensiones independientes controlado electrónicamente y dotado con un tarado más deportivo y con el sistema de control dinámico ABC. También son innovadores los frenos, ya que, por primera vez en un Mercedes se emplean discos cerámicos, que están combinados con un sistema de pinzas gemelas deslizantes.

En lo que atañe a la dotación de ruedas, adopta aros de aleación de 19 pulgadas con neumáticos 225/40 ZR 19 delanteros y 275/40 ZR 19 traseros.

Las prestaciones anunciadas por Mercedes para su S 65 AMG son espeluznantes. Si bien la velocidad está – como es norma de la marca – limitada a 250 kilómetros por hora de forma electrónica, puede presumir que acelera de 0 a 100 km/h en tan solo 4.4 segundos, y los 200 por hora, en 13.3 segundos.

Así que a los fiebruces que les gustan quemar goma y acelerar desde parado en los semáforos están avisados, cuídense de las berlinas de lujo Mercedes que ya les pueden hacer pasar una mala jugada.