El énfasis vigente hoy en defensa de los recursos naturales sin el cual estarían más a merced de factores de destrucción por inconsciencia y mezquindades proviene en buena medida de la dedicación y esfuerzo de ciudadanos que en una etapa anterior de la vida nacional abrazaron la causa ambientalista a la que imprimió brillo y tesón el doctor Antonio Thomén. Sus servicios a la sociedad en ese sentido, inscritos ya en la historia de este país recurrentemente expuestos a daños ecológicos, recibieron antier los merecidos honores de la Academia de Ciencias de la República Dominicana.
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Con la sólida hermandad de don Antonio Thomén con otros defensores académicos de la naturaleza, la biodiversidad cobró importancia en el proceder de autoridades y entes particulares. La voluntad inquebrantable del naciente movimiento ambientalista trazó línea para cerrar paso a las agresiones al ambiente dando pie a a la creación de áreas protegidas, parques nacionales y reservas científicas. Thomén ha sido un gran difusor de metas conservacionistas a través de la prensa dominicana, incluyendo los periódicos HOY y El Nacional; un incesante trabajo para promover respeto a la flora y la fauna y contra el proceso que ha reducido el patrimonio de ríos y bosques que suman vulnerabilidad y riesgos mayores para territorios de la cuenca del Caribe ahora que el planeta ingresa al cambio climático. La adhesión a la causa ambiental del doctor Thomén cobra hoy dramática importancia como precedente.