Meriendas saludables y atractivas para el gran regreso a clases de los niños

Meriendas saludables y atractivas para el gran regreso a clases de los niños

Se acerca la temporada escolar,  seguramente muchos padres ya están pensando en los útiles y los uniformes que necesitarán sus hijos. Sin embargo, un aspecto muy importante que se debe considerar desde ahora es el de las loncheras escolares. ¿Cómo puede hacer un refrigerio nutritivo para los peques?

La lonchera debe representar alrededor de un 15% del total de las calorías que el niño consume al día. No reemplaza al desayuno ni al almuerzo, pero sí es un refrigerio que ayuda al escolar a recuperar la energía perdida durante las horas de estudio.

 La lonchera debe tener de todo un poco: frutas, mucha agua o líquidos y, en algunos casos,  sería ideal una fuente de grasa, como maní; si en algún momento le incluye una golosina, el chocolate es la mejor opción.

Así lo recomiendan nutricionistas en  un  blog denominado “Sano Bocado”, donde también indican que los chicos que se quedan en el colegio por entrenamientos o clases de refuerzo deben llevar, además de la lonchera, un almuerzo que les permita mantenerse hasta lo hora que llegan a casa. Así mismo es importante hacer que el almuerzo sea fácil de digerir.

Un grave error.  Algunos padres, por la prisa de preparar la lonchera, recurren a alimentos artificiales, como golosinas, snacks y gaseosas.

Se recomienda   no   improvisar la lonchera, sino planificar desde la noche antes para escoger  lo más nutritivo para  que su pequeño  sea un gran y saludable  estudiante. Lo ideal es que la lonchera   se prepare con alimentos naturales, de preferencia sin preservantes ni aditivos y con baja cantidad de azúcar.

Ponerles alimentos chatarra puede convertirse en un enemigo silente.

Porciones.  Es importante considerar la cantidad de alimento, pues al ser la lonchera un complemento, las porciones no deben ser excesivas, aunque también dependerá de la edad y de la cantidad de horas que el niño permanezca en la escuela.

Cuide la higiene.  El calor es propicio para la proliferación de bacterias y otros gérmenes, los cuales pueden descomponer las comidas con rapidez. Por ello, tome las medidas de higiene necesarias al preparar las loncheras: lávese las manos y asegure la limpieza de los recipientes, utensilios y del ambiente donde prepara los alimentos.

Cantidad según las horas.  Hoy en día  muchos colegios implementan una jornada escolar completa que supone una ampliación en el horario de estudios de tres a cuatro horas. Es posible que en el plan académico de esos colegios se le incluya la comida; si es así, trate de supervisar que se trate de un menú balanceado.   

La clave  está en poder darles alimentos nutritivos pero que al mismo tiempo les gusten. Hay que tener en cuenta que lo que les mandamos en la lonchera es lo que van aprender a comer para toda la vida (aproveche para desarrollar hábitos de alimentación).

Dos ideas.  Un  vasito pequeño de yogur, dos unidades de galleta,  una  botellita con agua. Otra opción:  un  sándwich pequeño de pollo o atún, una fruta pequeña y un vaso de zumo natural.

No debe olvidar nunca ponerle un termo con agua, pues recuerde que los niños corren mucho y se deshidratan con facilidad.

La intención  es que cada día, al abrir su lonchera, su niño se encuentre con alimentos variados y balanceados presentados en forma agradable de manera que disfrute comerlos.

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