A las 6:45 de la tarde, faltando 15 minutos para el evento, el cuerpo de seguridad de la Embajada de España empezó a dar entrada a los vehículos de los asistentes a la condecoración de los empresarios Manuel Corripio Alonso y María Amalia León, quienes recibirían la distinción de la Cruz de la Real Orden de Isabel la Católica, concedida por el rey de España, Felipe VI.

Rápidamente el estacionamiento se llenó de automóviles de alta gama, todos dejando en la entrada, a quienes se esmeraron en lucir su mejor atuendo, para una ocasión especial.

Una vez dentro, los presentes eran recibidos con una cálida sonrisa y estrechón de manos del embajador de España en Santo Domingo, Antonio Pérez Hernández, y su esposa Pilar Lladó.

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Entre los invitados se destacaron la primera dama, Raquel Arbaje, vestida de negro; el canciller Roberto Álvarez, el expresidente Leonel Fernández, el presidente del Grupo Corripio, José Luis Corripio Estrada; los directores del Listín Diario, Miguel Franjul; El Nacional, Bolívar Díaz Gómez; de Hoy, Bienvenido Álvarez, y El Día, José Monegro, entre otras personalidades distinguidas de la vida pública y privada del país.

Los primeros en llegar fueron María Amalia León y su familia. Luego el líder de la familia Corripio, José Luis Corripio (don Pepín), junto a Manuel Corripio y sus hijos, y por supuesto con su distinguida esposa, Rafaela de Corripio.

Llegó el momento esperado de la condecoración, entre lazos fraternales y un ambiente fluido, el embajador Hernández valoró de Corripio su “importante papel en el ámbito empresarial” y de Amalia su “notable contribución” al desarrollo de educación y la cultura.

Visiblemente emocionada León valoró la gestión cultural que, dijo, no es posible sin la cooperación de todos, “sabiéndome parte de una familia que siente y se apropia de un legado de servicio que estrechamos juntos”.

Luego, el empresario Manuel Corripio Alonso, al momento de hablar no pudo contener las lágrimas al mencionar cuando conoció a su esposa Rafaela Martínez de Corripio en el patio del colegio Loyola, en 1979, mencionando el trayecto que han vivido con la llegada de sus cuatro hijos y sus cinco nietos que han sido “alegría y luz a nuestras vidas”.

“Soy dominicano y soy español, orgulloso de ambas nacionalidades”, apuntó Corripio Alonso.

La velada terminó con brindis, degustaciones y aplausos por los méritos reconocidos de la noche.