EFE 
Karlsruhe (Alemania). La canciller alemana, Angela Merkel, deberá buscar fórmulas de consenso en el congreso federal que abre mañana la Unión Cristianodemócrata (CDU), el partido que preside desde el 2000 y en el que la llegada incesante de refugiados ha provocado profundas grietas.
Los reconocimientos fuera de Alemania a la gestión de Merkel -como la distinción esta semana de la influyente revista “Time” como “persona del año»- fueron tal vez un bálsamo para la canciller, pero no le ahorrarán la compleja tarea de tener que limar disensos en casa.
La crisis migratoria dominará el congreso que celebra su formación en Karlsruhe (oeste), agrandada por la intervención como invitado, el martes, del líder bávaro Horst Seehofer, quien lleva meses exigiendo se frene la llegada de refugiados al país. Alemania ha recibido un millón de peticionarios de asilo este 2015, lo que además de causar un colapso logístico y administrativo ha disparado los ataques xenófobos contra alojamientos de solicitantes y dado nuevo brío a formaciones euroescépticas e islamófobas.
En la memoria reciente está el desplante que propinó a Merkel el propio Seehofer, al criticar sin tapujos la gestión de la crisis de la canciller en el congreso de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), partido hermanado de la CDU, adonde acudía como invitada.
La imagen de la canciller, con el rostro petrificado mientras su “hermano menor” le afeaba su línea, ha sido uno de los momentos más duros, a escala interna, de Merkel en estos meses, a lo que se suma que en la CDU hay una nada despreciable ala que respalda a Seehofer. A Merkel, acostumbrada a dominar sin demasiadas complicaciones los congresos de su CDU desde que llegó a la Cancillería -en 2005-, le espera una cita difícil con sus aproximadamente 1.000 delegados. Frente a quienes exigen que se limite la acogida de refugiados, Merkel se aseguró un importante aliado, en este domingo de reuniones preparatorias, a su estricta negativa a tratar de marcar un tope al derecho de asilo.
El ministro de Finanzas -y antecesor de Merkel en la jefatura de la CDU-, Wolfgang Schäuble, se colocó en la línea de compromiso al mostrar comprensión hacía quienes aspiran a una “contención” de la llegada de peticionarios, pero recordó que no sería “serio” prometer cifras concretas en medio del drama humanitario de los refugiados. Schäuble insistió en la necesidad de buscar soluciones a escala europea, también de acuerdo a lo que ha sido la postura defendida por Merkel en las cumbres de la UE o citas en otros formatos con sus líderes.
