Merkel, primera mujer canciller Alemania

Merkel, primera mujer canciller Alemania

BERLÍN (EFE).- La presidenta de la Unión Cristianodemócrata alemana (CDU), Angela Merkel, ha conseguido llegar a ser la primera mujer que presumiblemente ocupará la Cancillería alemana, pese a su falta de popularidad, a la oposición de la izquierda y a los enemigos internos. Hasta que Merkel se convierta en canciller queda aún un trecho de camino tortuoso, ya que la CDU (y la formación hermana de Baviera, la Unión Cristianosocial, CSU) ha de negociar una coalición con los socialdemócratas y el acuerdo lo deben aprobar luego los partidos, pero desde hoy es ya para parte de la prensa alemana «Angela primera».

Merkel logra así varias proezas: es la primera mujer, la primera ex ciudadana de la República democrática Alemana (RDA) y la persona más joven que llega al cargo más alto de la República Federal de Alemania (RFA) y será, según un análisis de la agencia alemana dpa, la mujer con más poder político del mundo.

Pero, la ‘vox populi’ comenta con sarcasmo que será también la primera cristianodemócrata que lidere un gobierno socialdemócrata, en alusión a que el SPD (Partidos Socialdemócrata Alemán) ocupará, según el acuerdo preliminar, más ministerios que la CDU-CSU, aunque estos tienen la Cancillería y el Ministerio de la Cancillería.

El sacrificio que ha habido que hacer para que Merkel llegue a la Cancillería ha provocado cierto malestar entre los líderes de la CDU-CSU, pero no es esta la primera vez que la líder cristianodemócrata se impone en contra de la voluntad de los suyos.

Desde sus principios en la política, no sólo tuvo en su contra su condición de mujer y su origen, sino su temperamento poco expresivo y brillante y hasta su rostro de ojos tristes y mueca malhumorada.

Su presentación hoy como canciller virtual fue una muestra de este talante flemático. Merkel tuvo que ser animada por varias periodistas (mujeres y extranjeras) para al final comentar con una sonrisa tímida que está «contenta».

Esta aparente falta de talentos ha hecho que Merkel haya sido con frecuencia subestimada y ha dado lugar varias veces a que se la diera por muerta políticamente; pero ella siguió su camino de portavoz del gobierno de la RDA a ministra en la RFA, de ministra a secretaria general de la CDU y después a presidenta, hasta llegar a su posición actual.

Por otra parte, Merkel, que llegó a la política germano-occidental poco después de la unificación de la mano del canciller Helmut Kohl que la llamaba «la muchacha», ha resultado ser implacable en la persecución de sus ambiciones, lo que le ha valido no pocos enemigos internos.

En su camino hacia la cúpula, dejó en la cuneta a algunos de sus valedores, empezando por Kohl, del que se distanció en el momento del escándalo de las cuentas secretas de la CDU, con una carta abierta en la que incitó al partido a emanciparse de él.

Kohl se reconcilió con Merkel cuando fue nombrada candidata a la Cancillería porque lo que más desea la CDU es recuperar el poder.

Merkel ha sabido utilizar a su favor este deseo de la CDU que, por miedo a los electores, ha tratado de mostrar en la campaña para los comicios de septiembre un frente unido.

Esas elecciones, en las que la CDU-CSU partió ganadora con diferencia, acabaron con una derrota moral para Merkel, ya que su formación quedó sólo un punto por delante del SPD.

Aunque numerosos dirigentes de la CDU-CSU acusaron abiertamente a Merkel de esta derrota por haber dado una imagen de frialdad que asustó a los votantes, ésta logró convencer a la cúpula del partido de que aparcara el análisis del fracaso electoral.

El propio Schroeder ayudó también a la candidata con la forma arrogante y frontal que tuvo de atacarla tras los comicios, lo que obligó a la CDU-CSU a cerrar filas con ella.

Ahora, Merkel parece haberse impuesto definitivamente, pese a que no es popular entre los alemanes, a que ni las mujeres ni los alemanes del este se sienten representados por ella, y al rechazo que provoca entre las bases del SPD.

Preguntado por una presentadora de la segunda cadena de la televisión pública ZDF si el SPD acabará aceptando a Merkel, un corresponsal parlamentario contestó: «lo harán, la política es a veces un negocio poco apetitoso».

Su virtual llegada a la Cancillería ha reabierto el debate sobre qué significa que una mujer haya llegado hasta lo más alto, 87 años después de que se introdujera el sufragio femenino en Alemania.

La propia Merkel dijo hoy, al ser preguntada al respecto, que seguramente «dejará huella el que una mujer pueda llegar a donde sólo han llegado hombres».

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