La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, llegaron ayer a un acuerdo para la reforma del euro.
Los dos jefes de Estado anunciaron el acuerdo tras una reunión de trabajo conjunta de los dos gobiernos celebrada en Meseberg (Alemania), y marcada por la crisis política interna de Merkel debido a la política migratoria. Berlín y París han consensuado tres elementos básicos: un presupuesto para la zona euro a partir de 2021, un mecanismo de apoyo financiero con condiciones ‘light’ y una red de seguridad para la Unión Bancaria con tamaño máximo de 55.000 millones de euros. Estos dos últimos se incluirían en el abanico de herramientas de un Mecanismo Europeo de Estabilidad transformado en una especie de Fondo Monetario Europeo.
El plan ahora es que cada uno venda este acuerdo a sus respectivas áreas de influencia de la zona euro, para poder llegar a un acuerdo en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que se celebrará en Bruselas el 28 y 29 de junio. El asunto ha estado tan atascado en los últimos meses que el mero hecho de que hayan consensuado una posición común ha sido recibido con optimismo en Bruselas. Pero aún faltan muchos detalles por despejar.
Lo que se conoce hasta ahora apunta a un acuerdo de mínimos, pero todo dependerá de cómo se resuelvan los interrogantes pendientes.Para los optimistas, se trata de una buena noticia. Los economistas entiende que por fin la eurozona se mueve tras meses de estancamiento. Pero entienden que es un acuerdo muy de mínimos, que deja en la ambigüedad elementos que muchos consideraban fundamentales, como un fondo europeo de garantía de depósitos.