LA PAZ (AFP).- El presidente de Bolivia Carlos Mesa consideró legítimas las demandas de autonomía de zonas como Santa Cruz, la región más pujante del país alzada contra su gobierno, pero dijo que el tema debe ser estudiado en una asamblea constituyente en el segundo semestre de este año.

«La legítima demanda de autonomías tiene que ir por el legítimo camino que la ley establece para conseguir las autonomías, ni más ni menos que eso», instó Mesa al inaugurar en La Paz la feria de Alasitas (cómprame, en lengua nativa), centrada en torno a las miniaturas del Ekeko, el dios aymara de la abundancia.

«La unidad de Bolivia no está en cuestión» subrayó Mesa en una aparente respuesta a la decisión tomada el viernes por dirigentes de Santa Cruz (este) de constituir un gobierno autónomo.

La principal ciudad del este de Bolivia ingresó este lunes en su tercera semana de protestas y en el octavo día de una huelga de hambre de dirigentes regionales, para demandar que el gobierno central atienda sus peticiones de autonomía y que se dé marcha atrás a un alza de combustibles.

Los líderes de la demanda regional «saben que la unidad de Bolivia y la vinculación de Santa Cruz es absolutamente indisoluble», recalcó Mesa en el acto al cual asistió también el alcalde de La Paz, el centroizquierdista Juan del Granado, que lidera un grupo de alcaldes de las 10 principales ciudades del país que descalifican el movimiento «separatista».

Sin embargo, el mandatario dio una muestra de su disposición al diálogo con Santa Cruz, al señalar que podría reunirse con dirigentes de las organizaciones civiles que promueven las demandas.

«Estoy apostando a que logremos un encuentro» señaló el gobernante, jaqueado por varias protestas en diversos puntos del país desde principios de año.

Entre estas protestas se encuentra el cierre hace ya ocho días de una ruta que une los mercados de La Paz con los valles agrícolas de los Yungas, a manos de cocaleros.

Mesa, en su calidad de vicepresidente, asumió en octubre de 2003 la jefatura de Estado para reemplazar a Gonzalo Sánchez de Lozada, derrocado por una revuelta popular, cuyo periodo de cuatro años culminaba en agosto de 2006.