Por su versatilidad y belleza, ellas merecen ser el centro de atención de nuestras salas.
Y es que las mesas de centro constituyen, más que otro accesorio, un importante elemento dentro de la decoración, que bien puede complementar su estilo. No en vano ocupan el centro de la sala, y es lo primero que destaca al entrar al salón.
Éstas son un invento relativamente reciente. En la antigüedad no se utilizaban tal y como las entendemos hoy día, pues en aquellos momentos existían mesitas tipo taburete o veladoras de distintas alturas para tomar el té o el café.
Sin embargo, la introducción de la TV en los hogares tuvo mucho que ver con la difusión masiva de este tipo de mueble.
Una para cada estilo
Ya sea clásico, antiguo, minimalista o moderno, sin importar el estilo decorativo que reine en su hogar, hay una mesa de centro adecuada para usted.
Se han dejado de lado los diseños en que los detalles ornamentales primaban.
Más es menos es la regla de hoy en día. Por ello, decídase por mesas en que la geometría rectangular, cuadrada, u ovalada prime.
Ahora bien, no se deje entusiasmar con el primer diseño que lo atrape, sino que al ver una mesa que le guste transpórtela al ambiente con el que cuenta para ver si va o no con lo que usted necesita.
En boga
Varios materiales
Los vidrios, los espejos y las transparencias están ocupando un lugar importante dentro de las opciones para destacarlos como centro de mesa. Se convierten en una muy buena opción porque le dan continuidad a la sala al no ser apreciados como un mueble más. En este caso los diseños rectangulares son los más usados. El formato luce elegante, pero a la vez puede ser fácilmente empleado con un estilo más informal.