Mesitas de noche,
un complemento ideal

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Son pequeños muebles que normalmente tienen forma de armarito y se colocan a los lados del cabecero de la cama.

Hasta antes del siglo XVIII se utilizaba habitualmente una silla tapizada a juego con la colcha.

La altura de la mesita de noche debe estar proporcionada respecto del cabecero y del colchón.

Perfectas para colocar una lámpara de sobremesa, aunque las antiguas son más altas que las actuales porque las camas que las acompañaban también lo eran.

Aquellas que tienen una puerta se utilizaban para guardar el orinal. Curioso artilugio que permitía no salir de la habitación en las frías noches de invierno ya que tampoco existían los cuartos de baño.

Las mesitas de noche sirven para guardar los objetos más íntimos. Generalmente están compuestas de cajones en los que se pueden guardar pequeños enseres y prendas de ropa interior. Pero no podemos olvidar que en la habitación, estas pequeñas piezas hacen una función imprescindible: son la mesa auxiliar perfecta a la que tenemos acceso desde la cama.

En ellas podemos dejar objetos muy necesarios a la hora de acostarse, levantarse o para cuando nos desvelamos: gafas, medicamentos, un vaso de agua, pañuelos… Los que disfrutan leyendo antes de dormir tampoco pueden vivir sin ellas: no sólo son necesarias para tener a mano el libro que nos gusta, sino que podemos colocar una luz puntual. Esa lámpara es para muchos un elemento vital, por eso no conciben una alcoba sin su mesita de noche.

Una mesita para cada estilo. De dimensiones reducidas que no superan los 50 centímetros de ancho y los 70 de alto, las mesillas pueden comprarse con el resto del conjunto mobiliario, o bien por separado, escogiendo modelos clásicos o algunos más vanguardistas. La mayoría están fabricadas en madera, pero también pueden incorporar algunos elementos de metal, piedra e, incluso, componentes plásticos.

Algunas personas optan por utilizar repisas en vez de mesillas, ya que ocupan menos espacio y suelen ser más baratas que la madera maciza. Otros no pueden prescindir de la mesa y deciden eliminar la lámpara para poder aprovechar mejor el soporte. Se opta entonces por apliques o bien por lámparas de techo que permitan luces más tenues, gracias a un variador de intensidad lumínica.

Los estilos decorativos clásicos siempre exigen mesitas de noche de madera, mejor de color oscuro, bien patinadas de regusto rústico, o bien barnizadas con tonos limpios. Roble, pino o cerezo son tres opciones ideales. Los tiradores de metal podrían complementar perfectamente una mesita de aire colonial. Patas de hierro, tableros de mármol o remates de forja en las esquinas pueden adornar las mesillas de un modo romántico.

Un aire nuevo.  Los colores y los trabajos en marquetería de las mesillas también pueden aportan una connotación diferente a la decoración de tu dormitorio. Por eso, siempre podemos optar por comprar mesas en madera sin barnizar y pintarlas nosotros mismos.

Las claves

1.  Organizadores

En la casa de seguro usted tiene  un cajón lleno de disparates, no permitas que la mesita de noche se convierta en otro desastre. Organizadores, no muy caros, harán que  los utensilios que  se usan a la hora de dormir (lentes de lectura, tapones para los oidos, antifaz, periodico) sean más fáciles de encontrar, aun en la oscuridad.

2. Cuélgalas

Utiliza el espacio vertical de la mesita y coloca  allí un portatoalla para colgar revistas o libros, de este modo, tal vez le  atraiga más leer, que teniendo un revistero o un librero cerca. Como se  lee, este consejo tiene doble función.

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