Nueva York, 16 de Noviembre (EFE).- De Caravaggio a Goya, del Greco a Vermeer, de Da Vinci a Picasso… las inabarcables galerías de arte europeo del Museo Metropolitano de Nueva York reabrirán el lunes después de un proyecto de cinco años para renovar la iluminación de las salas, que además se han reorganizado para reflejar mejor el diálogo artístico entre las diferentes regiones del Viejo Continente a lo largo de los años.
Si antes las más de 40 galerías que conforman la colección de arte europeo del Met -una de las más extensas del mundo, con más de 700 piezas- estaban ordenadas por escuelas o países, ahora siguen un criterio temático y cronológico.
De esta manera, los responsables esperan que los visitantes descubran nuevas obras menos conocidas al tiempo que se reencuentran con sus artistas favoritos, según dijo en un comunicado el director del museo, Max Hollein.
El alumbrado de las salas fue construido en 1939 y no se remodelaba desde la década de los cincuenta. De hecho, antes de la renovación, que incluye también nuevos sistemas de calefacción, las galerías europeas representaban el mayor gasto energético del edificio.
El proceso para renovar el alumbrado y la calefacción comenzó en 2018 y se realizó por fases, lo que permitió mantener en exposición la mayoría de los cuadros.
Sin embargo, una vez terminada la instalación de los nuevos sistemas, el museo cerró por completo en marzo de este año todas las galerías, para reorganizar los espacios de acuerdo al nuevo criterio.
El resultado permite recorrer la historia del arte europeo desde el siglo XIV hasta prácticamente la actualidad, aunque el arte moderno y contemporáneo siguen ocupando espacios diferentes.
Así es posible, dando apenas unos pocos pasos, trasladarse de la región de Lombardía bajo el dominio de la familia Sforza, donde la sombra de Da Vinci llega hasta Caravaggio, a las academias de pintura francesas del siglo XVII, donde visionarios como Charles Le Brun trataron de reimaginar la forma y el fondo del arte nacional.
Destaca sobre todo la sala dedicada al Greco, el cretense que con su personal estilo de figuras alargadas y ambientes sobrenaturales sentó las bases del modernismo de comienzos del siglo XX.
Como para subrayar estos juegos de influencias, los responsables del Met colocaron un cuadro de Pablo Picasso de comienzos del siglo XX, ‘El actor’, que muestra a un joven pálido y algo desgarbado sobre el escenario, en medio de la colección de obras del Greco, al que destacan como uno de los grandes inspiradores del malagueño.
Algo parecido hacen más adelante con un cuadro de Dalí, ‘Crucifixión’, que aparece rodeado de otros motivos religiosos del barroco español.
Pero quizás el cambio más sugerente sea la sala dedicada al arte del Virreinato del Perú y a otros territorios de las Américas bajo dominio español, donde los motivos religiosos se fusionan con la sensibilidad y las texturas del arte indígena, con resultados muchas veces espectaculares.