Metamorfosis gubernamental para una población asfixiada

Metamorfosis gubernamental para una población asfixiada

Muchos interpretan las recientes actuaciones del Presidente Fernández, asumiendo el rol de jefe de Gobierno que siempre debió ser en adición al de jefe de Estado que siempre ha sido, dirigidas a  auto-oxigenarse para recuperar su autovaloración, del PLD y su candidato. Pero en términos de interés nacional lo que puede lograr superar la asfixia que sufre nuestra población es una metamorfosis gubernamental

Puede que el mandatario crea que le baste a él, su partido y candidato, que se reúna ahora con agentes económicos cuando no estaba acostumbrado a hacerlo, que restablezca encuentros populares varias veces suspendidos, que visite instituciones para dar una buena noticia dejándole las muchas malas a su funcionariado.

Quienes así piensan subestiman la capacidad de ponderación e insultan la inteligencia de una población que reconoce al “cojo sentado y al ciego durmiendo”. 

En este  nuevo accionar, agotándose su período, el Gobierno se desnuda por sus pecados de omisión cometidos durante años precedentes, hundiéndose más en su valoración. Y  termina siendo interpretado por la población como dando bandazos producto de la desesperación provocada por sus desatinos que a su vez originan desbandadas gubernamentales y partidarias.

El argumento de que este tardío cambio de gobernar al detalle cuando se percibía una vocación presidencial de que sus colaboradores le gobernaran radica en el apoyo a la candidatura PLDista que no acaba de despegar, tampoco parece convincente. 

Ello supondría apoyo presidencial al candidato, para lo cual no hay señales de actuación diferente a la tradicionalmente observada en el país durante las elecciones de 1986, 2000 y 2006, notándose, contrariamente que en ninguno de los casos citados se ha observado presencia del candidato,   funcionarios denuncian que dentro del Gobierno hay quienes promueven distanciamiento entre ambos y  contradicciones agudizadas en torno a la candidatura vicepresidencial.

Lo que al Gobierno le corresponde hacer ahora, en aras del interés nacional, es internalizar plenamente y actuar en consecuencia, que no está en juego en la próxima contienda y asumir el mismo rol que recurrió en la contienda interna del PLD luego de sus fallidos intentos reeleccionistas y de imponer una línea sucesoral personificada en la primera dama y el vicepresidente.

Ese rol, de arbitraje, debe conducir a la rectificación profunda de sus políticas, auxiliándose de la participación institucionalizada de partidos llamados a relevarlo hasta someterse a una metamorfosis que haría convincente y alcanzable el mejoramiento de su valoración. Y la oxigenación una población asfixiada real y perceptiblemente.

Lo contrario sería precipitarse hacia un abismo, junto a los suyos. Y a cualquier otra instancia que se  sume a sus desaciertos.

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