Metas fiscales y sostenibilidad deuda pública

Metas fiscales y sostenibilidad deuda pública

Desde el 16 de agosto del 2004 las presentes autoridades han estado sometidas a un ataque constante por parte del PRD, especialmente su equipo económico, dirigido a socavar las bases de los altos niveles de confianza en las políticas económicas y el discurso, que en muchas ocasiones ha pronosticado cataclismos económicos, se ha centrado en los últimos tiempos en el tema de la deuda pública y el supuesto despilfarro en el gasto.

En el segundo programa con el FMI, iniciado en octubre del pasado año, se acordó una expansión fiscal hasta el primer semestre del 2010, en línea con la receta Keynesiana dirigida a evitar una recesión global y el mantenimiento de la política monetaria laxa con la finalidad de estimular la demanda y evitar pérdidas de empleos. Las medidas dieron resultados impresionantes con un crecimiento PIB de 7.5 por ciento en el primer semestre y en la actualidad, por el resto del programa, se contempla una consolidación fiscal, también en línea con la prédica actual, con miras a generar superávits primarios y por vía de consecuencia disminuir gradualmente la deuda pública en relación al PIB.

El tema del endeudamiento, convertido en el caballo de batalla de los opositores, fue magistralmente tratado en el documento publicado esta semana por el Banco Central. La sostenibilidad de la deuda depende de muchos factores: de los ingresos, el gasto, la tasa de interés promedio de la deuda, la tasa de crecimiento del producto. Un manejo adecuado del endeudamiento externo, para financiar el desarrollo y evitar convertir el país en exportador neto de capitales, es cubrir las amortizaciones al “stock” de deuda acumulada con nuevos financiamientos (preferiblemente a menores tasas reales de interés) y entonces el pago de intereses de la deuda, es decir el costo financiero de la deuda, sí amerita un comportamiento específico de las cuentas fiscales.

La clave de la sostenibilidad fiscal de la deuda, vale decir reducir consistentemente la relación deuda pública/PIB, reside en la obtención de superávit primario también de forma consistente. El balance primario del Gobierno se define como la diferencia entre los ingresos corrientes más donaciones menos los gastos totales sin incluir los intereses de la deuda. Un superávit primario adecuado garantiza cubrir el costo financiero de la deuda y reducir la relación deuda/PIB y por esa razón el programa con el FMI contempla un balance primario de cero en este año, de 1% del PIB en el 2011 y 2% del PIB en el 2012. Un análisis de sostenibilidad fiscal, por cualquiera de los modelos actuales, revelaría que con un superávit primario equivalente al 2% del PIB y tasas de crecimiento similares al periodo 2005-2010, el país estaría en condiciones de llevar el índice de deuda en un entorno cercano al 30% del PIB en menos de cinco años sin sacrificar la obtención de recursos frescos para financiar obras prioritarias de infraestructura

Nuestra deuda pública es manejable y el cumplimiento de las metas fiscales en el programa con el FMI permitiría en los próximos años niveles de deuda que liberarían recursos para inversiones productivas y a la vez permitiría al país estar mejor preparado  para enfrentar futuras turbulencias financieras globales.

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