Por: Keenga Mathewson
Vladimir Guerrero Jr. está jugando con mucha soltura ahora. Es la misma comodidad que se le veía en sus días de prospecto, cuando el béisbol era más sencillo.
Cuando el dominicano realizó sus prácticas de bateo el martes en Houston, con la capucha de su suéter apretada debido a la presión que hacían sus cadenas, Guerrero detonó con facilidad una media docena de batazos hacia lugares a donde no suelen llegar pelotas. Luego empezó el partido, y el videojuego se convirtió en realidad.
Guerrero empalmó su tercer vuelacerca de la temporada para abrir el marcador en el eventual triunfo de los Azulejos por 4-0. Fue un tablazo por la banda contraria. Actualmente, batea .357 con tantas bases por bolas negociadas como ponches (nueve) y un porcentaje de embasarse que parece sacado de sus días de liga minorista. Se trata de la máxima versión de Vladimir Guerrero Jr. Y aunque el 2022 haya parecido una decepción por sus propios estándares, el tren del dominicano parece estar a toda marcha de nuevo.
“Aprendí mucho el año pasado. No se trata de cómo comienzas, sino de cómo terminas”, indicó Guerrero. “Creo que el año pasado me propuse unos números y ejercí un poco de presión a mí mismo. Este año, no estoy pensando en eso. Sólo quiero salir a hacer mi trabajo y divertirme, estar tranquilo. Ha sido bien bueno”.
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El quisqueyano de 24 años le da crédito al plan que está ejerciendo en el plato. Los detalles no importan tanto como el hecho de mantenerse apegado a la estrategia, sin importar los resultados. En el 2022, Guerrero solía desviarse en ocasiones, intentando forzar su versión de JMV. Ahora, reconoce que él es el cazador, y no lo opuesto.
“Está conectando lo que puede, sin intentar priorizar el poder. Está siendo un bateador primero”, señaló su manager John Schneider. “El poder llega solo. Es su versión. Es lo que ha sido siempre, especialmente en el 2021. Puede conectar la bola hacia cualquier parte del terreno”.
Vlady le está dando en la cara a la bola
Ésa es la virtud que hizo especial a Guerrero en las ligas menores, particularmente en el 2018. Tuvo una inusual habilidad de conectar batazos de 97 millas por hora con pitcheos de 50 mph. En ocasiones, parecía que recaía en Guerrero ganar o no un turno. Quizás pasen décadas hasta que los Azulejos puedan ver a un prospecto de esa talla.
Pero estamos viendo todo eso de nuevo. Guerrero está siendo otra vez un bateador. Si se enfoca en ganar la corona de bateo, el dominicano cuenta con el suficiente poder como para llevarse accidentalmente el título de jonrones también.
Con eso en mente, hay varios números que pueden determinar el éxito de Guerrero, como el ángulo de despegue. Los roletazos han plagado al inicialista en sus momentos más complicados. Ocurrió en el 2020 y en el 2022. En el 2021, cuando Guerrero terminó de segundo en la votación para JMV de la Liga Americana, su promedio de ángulo de despegue fue mayor a 9.4 grados.
¿Este año? Ha sido incluso mejor, con 12.3 grados.
En un roster repleto de talento, desde Matt Chapman hasta Bo Bichette, es Guerrero quien tiene la habilidad única de transformar un juego.
Lo hemos visto antes y lo estamos volviendo a ver ahora.
“Parece que se está encendiendo”, señaló el antesalista Chapman.
“Eso mete miedo”.