ARISMENDY CALDERÓN
arismendy_ak47@hotmail.com
Antes de conocer o tener idea de la utilidad de lo que era un instrumento meteorológico, don Concepción Brito y Roque Aquino, dos hombres iletrados que en su juventud nunca visitaron la capital, observaban el cielo y se ponían de acuerdo en el pronóstico del día: Hoy va a llover antes de las 4:00 de la tarde. Debemos apurarnos para que no nos coja el aguacero en la finca. El día era radiante. Pero antes de las 4.00 p.m. caían burritos aparejados.
Muchos años después de que se hicieran las primeras observaciones meteorológicas en el país, que datan de 1871, los hombres que labraban la tierra en la zona rural, como Concepción Brito y Roque Aquino, hacían sus propias predicciones sobre las condiciones del tiempo, y se trasladaban temprano a la zona de lo que es hoy el Parque Nacional de Los Haitises a trabajar agricultura con hacha y machete.
La vida entonces era simple en la República Dominicana. La mayoría de la gente desconocía que desde 1871 ya se hacían observaciones meteorológicas para predecir las lluvias y las condiciones del tiempo.
Tampoco sabían que desde 1884 se establecieron en el país las primeras cinco estaciones climatológicas.
Desde entonces, la situación ha cambiado radicalmente. después de 1930, cuando el huracán San Zenón azotó inmisericordemente el país, la historia de la meteorología en la República Dominicana sufrió un cambio radical.
De hecho, el servicio meteorológico dominicano tuvo su primer director en 1915, cuando se designó al capitán de barco Francisco Catrain, quien se había radicado en el país desde 1901. Se dice que los aportes de este ciudadano español fueron de mucha ayuda para la meteorología nacional, ya que por su condición de capitán de una nave, Catrain tenía conocimientos en la materia, y especialmente porque España era más avanzada que la República Dominicana.
Estuvo en el cargo hasta 1920. En 1954, con los auspicios de la Organización Meteorológica Mundial, se inició la formación del personal meteorológico en el país, encabezada por la meteorólogos Edward Miller y Fernando Huertas.
Un año después se abrió en el Aeropuerto General Andrews la primera oficina de pronósticos para el público y la aviación.
Para esa época las estaciones meteorológicas instaladas en los ingenios azucareros eran administradas y supervisadas por personal norteamericano.
Sistema para medición de viento en superficie. Utilizado para medir dirección y velocidad del viento, internamente posee componentes de tipo electromecánico.
Estación automática. Antigua estación automática utilizada para capturar datos meteorológicos, la mayoría de sus componentes son de tipo electromecánico.
Anemómetro de mano
Utilizado en las salidas a terreno, para poder realizar las mediciones el instrumento debe estar orientado hacia el norte.
Higrotermógrafo circular
Este instrumento cumplía la misma función que el higrotermógrafo actual, con la diferencia de su forma circular.
Pirheliómetro
Instrumento utilizado para la medición de la intensidad de la radiación solar.
Tormentas 2008
La temporada ciclónica de 2008 trae 21 tormentas. Los nombres asignados para estas tormentas son:
Arthur
Bertha
Cristóbal
Dolly
Edouard
Fay
Gustav
Hanna
Ike
Josephine
Kyle
Laura
Marco
Nana
Omar
Paloma
Rene
Sally
Teddy
Vicky
Wilfred
Tormentosa historia
Hasta hace pocos años la Oficina Nacional de meteorología (Onamet), localizada en el sector Los Mameyes, en Santo Domingo Este, era un chiquero, donde pastaban caballos, vacas, chivos, ovejas, perros realengos, gallinas, guineas y otros animales.
Era una especie de tierra de nadie
Cuando llovía a cántaros, el patio se convertía en un inmenso lodazal y no se podía acceder a las oficinas por la parte frontal porque el área se convertía en una laguna ideal para criar tilapias. Era necesario entrar por el patio y la parte lateral.
Despectivamente, la Oficina Nacional de meteorología era conocida como la Cenicienta de Agricultura, porque durante años fue una dependencia de la subsecretaría de Recursos Naturales de esa secretaria de Estado.
Posteriormente pasó a depender del Instituto Dominicano Aviación Civil.
La historia de esta institución ha recogido, a lo largo de su existencia, ingredientes de precariedades, apatía, negligencia, conjeturas, desconfianza por parte de la población en los pronósticos meteorológicos, y también de mucho sacrificio y valor humano por parte de técnicos y empleados que laboran las 24 horas.
Algunos de ellos, con 20, 30 y 35 años de servicio ininterrumpido, le han dedicado más tiempo al trabajo que a sus familiares.
La situación ha mejorado notablemente en la Oficina Nacional de Meteorología, que a pesar de una institución con grandes responsabilidades, todavía no pierde la categoría de oficina.
La estructura física de la institución ha sido remodelada y mejorada, las oficinas de técnicos y empleados son más acogedoras y el aspecto asqueante del entorno desapareció.
Parte del desarrollo de la institución ha sido responsabilidad de la ingeniera Gloria Ceballos, quien empezó a laborar en Meteorología a principios de la década de 1980. Es la primera mujer en dirigir la institución. Algunos la consideran la madre de ese organismo. El padre fue, sin lugar a dudas, Juan Molina, quien le dio un gran impulso al servicio meteorológico nacional. En su gestión se construyó la edificación que aloja a la Onamet.
Los obsoletos instrumentos meteorológicos han sido sustituidos por modernos y costosos aparatos, monitores satelitales que miden la temperatura, las precipitaciones, la humedad relativa, intensidad de las tormentas, las lluvias, el estado del tiempo o cualquier fenómeno atmosférico.
El monitoreo de la atmósfera, que mantiene su dinamismo, es permanente. Un personal de 360 empleados y técnicos labora las 24 horas del día. Cada provincia del país tiene una estación meteorológica. Cada aeropuerto también tiene una estación meteorológica aeronáutica que ofrece información a las aeronaves sobre las condiciones del tiempo.
El intercambio de información con otras instituciones es fluido, especialmente con el Centro de Operaciones de Emergencia cuando hay situación de alertas.
Directores de la institución
Francisco Catrain, 1915-1920
Ramón Jensen, 1920-1924
Aurelio Ortori, 1924-1935
Sebastián Robiou Valverde, 1935-1948
Juan Moline, 1948-1956
Juan Bautista Cambiaso Valdez, 1956-1962
R. Alberto Arvelo G, 1962-1963
César De Windt Lavandier, 1963-1965
Pedro Julio Suazo Tirado, 1965-1966
Petronio Mejía, 1966-1967
César de Windt Lavandier, 1967-1972
Frank W. Richarson, 1972-1972
Julio A. Rib Santamaria, 1972-1979
Fernando A. Schrils, 1979-1982
Danilo Rodríguez Díaz, 1982-1986
Antonio Cocco Quezada, 1986-1997
Abel Abreu, 1997-1999
Theopraxis Arredondo, 1999-2000
José María Duquela, 2000-2005
Gloria Ceballos, desde el año 2005 a la fecha