«Hay que manejarse con mucha visión sobre lo que va a ocurrir de aquí en adelante». El encargado de Meteorología, Bolívar Ledesma, informó a este diario que los pronósticos de lluvia están por debajo de lo normal, y que existe la posibilidad de que haya un fenómeno El Niño en el período crítico de la temporada ciclónica para este año.
Sin embargo, Ledesma dijo que «todo indica que de aquí en adelante es que hay un pronóstico incierto. Hay que esperar, porque si se presenta El Niño, un fenómeno que dificulta la formación de ondas tropicales, la situación pudiera seguir como se espera. Pero eso no quiere decir que no pudiera aparecer un ciclón tropical. Entonces, hay que estar pendiente de la situación».
Las acotaciones del encargado de Meteorología se dan a propósito de que el director general de Corporación del Acueducto y Alcantarillado de esta ciudad (Coraasan), Andrés Burgos, dijera que en la actualidad no se tiene pronósticos de lluvias para los próximos tres meses.
En ese sentido, Ledesma reiteró el llamado a la población a que hagan mejor uso del agua, ante la sequía estacionaria que impacta la República Dominicana en la ganadería, la agricultura y hogares de algunos sectores, principalemente de la capital.
¿En qué consiste El Niño y en qué se diferencia de La Niña?
«El Niño es parte de un fenómeno que tiene que ver con variaciones tanto en el océano como en la atmósfera», según los expertos.
El Niño es la fase cálida de un evento climatológico y La Niña, su fase fría. Son fases opuestas de un complejo patrón meteorológico tan poderoso que puede alterar la temperatura global y causar efectos atmosféricos muy extremos en todo el planeta.
El Niño suele darse más frecuentemente que La Niña y ambos pueden durar la mayor parte del año, o incluso más.
Los cambios en la circulación atmosférica que generan pueden afectar al clima en varias partes del mundo de manera más o menos extrema, según su intensidad. Es lo que los científicos y meteorólogos llaman teleconexiones.
El Niño puede traer lluvias o un invierno más seco en el sur de Estados Unidos y condiciones más cálidas en América del Sur, puntualizan los expertos; mientras que La Niña puede aportar huracanes en el Atlántico Norte y un clima más húmedo en Australia, por citar algunos ejemplos.
Originados en el océano Pacífico, cerca del Ecuador, El Niño y La Niña se forman por un patrón llamado El Niño-Oscilación del Sur, o ENOS, y nunca pueden ocurrir al mismo tiempo.