METEOROLOGÍA
Los ciclones tropicales en República Dominicana

<STRONG>METEOROLOGÍA<BR></STRONG>Los ciclones tropicales en República Dominicana

ÁNGEL FÉLIZ DEÑÓ
Estos poderosos fenómenos de la naturaleza siempre han hecho presencia  a través de nuestra historia, ya que  desde muy temprano en la época de la colonización hasta años recientes, se tiene registro de sus terribles ocurrencias.

Cronistas e historiadores de la incipiente colonia nos narran el azote de dos huracanes, quizás los primeros que nos afectaron desde la llegada de Colón; nos referimos a los que ocurrieron en el año 1495, el primero en el mes de junio, que causó grandes daños al recién fundado poblado de La Isabela, hundiendo en la rada 3 navíos y dañando a las naves ´´ La Niña´´ y ´´La Santa Cruz´´. El otro huracán azotó en el otoño de ese mismo año, arrasando el mismo poblado, produciendo el hundimiento de otras naves y numerosas muertes de españoles y nativos.

Mientras que en la actualidad, en el recién año 2005 se registró el mayor numero de ciclones de los que se han formado para una temporada ciclónica en el Atlántico, en el Mar Caribe y el Golfo de México, de manera tan cuantiosa que para nombrarlos se agotaron las letras del  ´´abecedario meteorológico´´, teniéndose que acudir al alfabeto griego para continuar nombrándolos ; y coincidencialmente es el primero (en los anales de la historia de la meteorología antillana) bautizado con el nombre de Alpha,  que nos embiste por la región suroeste del país.

Son 510  años durante los cuales ciclones directos e indirectos nos han azotado, y más allá continuarán afectándonos a lo largo de toda la existencia.

Muchos de los que en el pasado azotaron el país durante la época colonial son recordados por su manifestaciones y graves daños, como aquellos que destruyeron en diferentes ocasiones las cuidad de Santo Domingo, entre ellos aquel ciclón que en el otoño del 1751 provocó una pavorosa avenida del río Ozama, cuyas aguas salieron de su cauce y llegaron al pie de las murallas de la cuidad.

Un listado incompleto desde la antigüedad hasta el año 1885, evidencia que por lo menos 29 ciclones directos impactaron, causando grandes daños a la economía, destruyendo poblados, hundiendo barcos y causando mortandad.

Pero  es al final de la segunda mitad del siglo XIX cuando se inicia un registro rigurosamente científico de estos temidos fenómenos de parte del Negociado del Tiempo de los Estados Unidos, con detalles precisos de la formación, tipos ,trayectorias, intensidad de los huracanes y otros datos útiles para los meteorólogos, pero difundidos por medio de publicaciones de varias agencias de las ciencias atmosféricas de aquel país, para que las informaciones contenidas sean utilizadas por los usuarios en general. 

Es así como investigadores y meteorólogos como Cambiaso, García Bonelly,Bryson, Richardson  Lugo, Cocco Quezada, Paulino Rodríguez, M.Mejia, Féliz Deñó, entre otros, han proyectado sus investigaciones al ámbito  nacional a fin de concientizar a la población sobre estos fenómenos.

Mi propósito con este articulo, es adelantar algunos aspectos de nuestro  trabajo ´´Catálogo Meteoro-Climatológico de la Republica Dominicana´´,inédito y en fase de actualización final, como  un aporte al diálogo que permanentemente debe estar abierto sobre el tópico de la ciclonología.

Una  tabla nos muestra como en cada periodo de 30 años se han incrementado tanto la formación de ciclones como el número de huracanes. Si cuantificamos las formaciones en dos  periodos de 60 años (1886-1945 y 1946-2005) vemos que en el último periodo el incremento superó el 40%; pero si examinamos los registros de los últimos 15 años por periodos de 5 años (1991-1995, 1996-2000 y 2001-2005) notamos que los aumentos son considerables y rápidos.

Es oportuno recordar que las investigaciones sobre los cambios climáticos aseveran que precisamente en los últimos 15 años han ocurrido los años más calurosos de toda la historia meteorológica, y se ha verificado un apreciable aumento en la temperatura de las aguas de los mares, factor primordial relacionado con la formación de los ciclones.

En la misma tabla también figuran  los impactos directos de ciclones y de aquellos con intensidad de huracanes sobre el territorio nacional, lo que también nos revela que la frecuencia es apreciable y con una tendencia parcialmente  creciente.

Pero no solamente los impactos directos son objeto de nuestra consideración, ya que muchos ciclones indirectos, o sea con trayectorias fuera del territorio nacional, han causado grandes daños por medio de la generación de copiosas lluvias, cuyas cuantías muchas veces son mayores que las ocasionadas por ciclones con impactos directos. Las intensidades de esas lluvias en periodos de pocas horas han sido las causantes de riadas, torrentes imprevistos y gigantescas inundaciones.

Para que se pueda apreciar las magnitudes de estas lluvias y además se puedan comparar, incluimos la tabla contentiva de 8 ciclones con impactos directos y 8 ciclones indirectos, seleccionados del periodo comprendido entre 1935-1979.

Por primera vez he incluido en los anales de la ciclonología dominicana las novedosas revelaciones que muestran 4 huracanes indirectos en los años 1916, 1935,1944 y 1972, causantes de lluvias torrenciales y de un sorpresivo e intenso mar de leva, con  efectos transcendentales en las regiones suroeste y sur-central del país.

Las trayectorias de estos huracanes fueron lejanas a nuestro territorio, principalmente la del huracán ´´Agnes´´ el 16 de junio del 1972, que aunque azotó el extremo oeste de Cuba, provocó ese día la mayor caída de lluvia en 24 horas registrada en los archivos climatológicos del país; esto ocurrió en Tamayo con una medición de 575.4 milímetros (22.8 pulgadas), máximo valor absoluto respetable. Esa cuantiosa precipitación causó una caótica inundación en aquel poblado y áreas circunvecinas al lago Enriquillo.

Como Encargado de la Oficina de Climatología, personalmente y acompañado de otros técnicos visité seguido el área afectada, comprobando los serios daños ocasionados. Ese mismo día ocurrieron en diversas localidades del país intensas lluvias que resultaron ser valores récord en 24 horas en el periodo climatológico correspondiente. Este fue un caso sumamente raro, y lo tenemos abierto para una mayor indagación.

Otro huracán moviéndose al sur del país sobre el Mar Caribe entre los días 18 y 19 de agosto del 1944 provocó también en áreas circunvecinas al Lago Enriquillo lluvias cuantiosas en 24 horas, con un registro máximo en Duvergé de 444.5 milímetros (17.6 pulgadas), causantes de un descomunal torrente que bajó de las cercanías de Puerto Escondido y que modificó sensiblemente la topografía del entorno. 

Entre los días 18 y 21 de octubre del 1935 un huracán fuerte cruzando por el extremo este de Cuba causó también grandes lluvias en diferentes regiones del    país.

En síntesis

Banderas de ciclones al viento
Si el calentamiento del planeta prosigue por un apreciable período y el aumento de las temperaturas es significativo, entonces las banderas de alerta de ciclones ondearán frecuentemente para los dominicanos y Dios quiera que nunca toque un huracán del tipo de Wilma o Katrina que fueron terriblemente destructivos en el año 2005.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas