Método psicoprofiláctico

Método psicoprofiláctico

A la mujer embarazada, entre los aztecas, se le daba todo tipo de cuidados, se le ofrecía ceremonias, baños con hierbas aromáticas, así como sesiones de relajación y ejercicio, con la idea de hacerles vivir cómodamente la gestación y dar a luz sin sufrimiento. Este proceso, en la actualidad, está siendo rescatado a través de la preparación psicoprofiláctica.

Es una filosofía surgida en los años 50 de la mano del obstetra francés Ferdinand Lamaze, que promueve un parto consciente sin dolor. Sostiene que el parto es un proceso fisiológico normal, milagroso, natural y perfecto; y enseña a la mujer a parir con confianza, a vivir conscientemente ese gran momento, como sucedía antes cuando las mujeres parían en sus casas.

El método psicoprofiláctico proporciona, en primer lugar, conocimientos teóricos elementales sobre anatomía y fisiología del embarazo y parto, en cuyas sesiones se describen los órganos sexuales, se explica el curso del ciclo menstrual, fecundación y desarrollo del nuevo ser. Posteriormente, se aprende la forma en que se vive un parto y los síntomas que lo anuncian, como contracciones, dilatación y expulsión; asimismo, se dedica un espacio a temas de nutrición y vida diaria durante la gestación.

Es por esto que hoy día se ha retomado este método de la psicoprofilaxis para un parto natural y sin dolor, disciplina que proporciona a la futura mamá conocimientos sobre gestación, parto y forma de manejar el dolor y ansiedad durante el alumbramiento; puede recurrirse a este método a partir del cuarto mes de embarazo.

Hay mujeres que traen un hijo al mundo sin sufrir, mientras que otras padecen dolencias durante el nacimiento, ¿por qué se presenta este contraste?

El grado de dolor se asocia con el estado emocional, pues se ha demostrado que cuando la madre está nerviosa, cansada y ansiosa, siente mayor molestia en el momento en que se presentan las contracciones.

Por ejemplo, es común que las futuras madres sufran durante el parto debido a que sienten temor, ya que siempre han oído decir que dar a luz es una prueba dolorosa; en consecuencia, se presenta rigidez muscular, condición que favorece la sensación dolorosa. Por otra parte, hay familias donde el ambiente es sereno y se considera al alumbramiento como un acontecimiento natural y satisfactorio, lo que permite dar a luz en forma tranquila y relajada.

Por lo anterior, es importante tomar en cuenta que para vencer dichas molestias es necesario hacer a un lado el miedo, lo que se puede conseguir cuando las féminas están conscientes de lo que ocurre dentro de su organismo durante los nueve meses de embarazo, si conocen la forma en que se desarrolla el parto y si además practican ejercicios físicos, respiratorios y de relajación.

De manera que la psicoprofilaxis ha demostrado que un parto puede prepararse y que no debe ser un acontecimiento que genere sufrimiento; además, su práctica permitirá que poco a poco cambien las ideas erróneas sobre el nacimiento.

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