Métodos para amamantar a su niño

Métodos para amamantar a su niño

Existen una serie de prácticas que pueden ser utilizadas por la madre para amamantar exitosamente.
Amamantar es muy sencillo si la madre conoce cómo hacerlo o tiene el apoyo necesario. El adecuado manejo de las técnicas favorece el inicio y continuidad de un proceso natural como es la lactancia materna.

En las técnicas de amamantamiento se consideran dos aspectos básicos:

• Posición: La madre debe estar lo más cómoda posible (sentada o acostada), relajada y dispuesta para dar inicio al proceso. El cuerpo del bebé debe estar cerca (contacto piel a piel) del cuerpo de la madre y sostenido con firmeza.
• Agarre: Cuando hablamos de agarre debemos tomar en cuenta que el bebé nace con dos reflejos que favorecen la lactancia, ellos son: el de búsqueda y el de succión. El reflejo de búsqueda ayuda al niño o niña a buscar el pezón de la madre y el de succión le facilita la acción de chupar, siempre y cuando la boca esté abarcando el pezón y la areola.
El mentón del bebé debe tocar el pecho de modo que se pueda garantizar un buen agarre y propiciar una mayor producción y salida de leche.

Otros aspectos a considerar son:

• Lavarse bien las manos con agua y jabón antes de iniciar el amamantamiento. •Mantener una buena comunicación con el niño o niña y hablarle cariñosamente mirándolo(a) a los ojos es fundamental para ambos.

Lactancia materna, primera comida natural del bebé

Dra. Altagracia PÁez
Pediatra–nutrióloga del HGPS

La leche materna es la primera comida natural para los lactantes. Aporta toda la energía y los nutrientes que el niño necesita en sus primeros meses de vida, y sigue cubriendo la mitad o más de las necesidades nutricionales del niño durante el segundo semestre de vida, y hasta un tercio durante el segundo año.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda lactancia materna exclusiva en los primeros seis meses de edad sin recibir ningún otro líquido, incluyendo agua; a partir de los seis meses, la leche materna es alimentación complementaria, se introducen nuevos alimentos al niño, como vegetales y frutas y hasta los dos años, conjuntamente con la alimentación de toda la familia.

Beneficios de la lactancia. La leche materna fomenta el desarrollo sensorial y cognitivo, y además protege al niño de enfermedades infecciosas y crónicas.

Un dato de gran importancia es que la lactancia materna exclusiva reduce la mortalidad del lactante por enfermedades frecuentes en la infancia, tales como la diarrea o la neumonía, y ayuda a una recuperación más rápida de las enfermedades.

Las ventajas de la lactancia materna son infinitas para la madre, el niño o niña, la familia y la sociedad.
Erróneamente oímos una serie de mitos que apartan a las futuras madres de este acto tan hermoso y trascendental que beneficiará a su hijo o hija por el resto de su vida.

Antiguamente se creía que la leche de vaca era superior a la materna y por ello muchas mamás preferían alimentar a sus bebés de forma artificial, a través de teteros, limitando así los beneficios que la lactancia materna.

Contenido y composición de la leche materna. La adaptación de la leche materna a las necesidades del bebé es total, ya que es un alimento completo que difícilmente podrá ser imitado por algún otro. Entre sus nutrientes se encuentra la taurina, un aminoácido esencial para el desarrollo del cerebro; también contiene lactosa (el azúcar propio de la leche) que favorece el desarrollo de la flora intestinal a la vez que protege al bebé de ciertos gérmenes responsables de la gastroenteritis.

En cuanto al contenido de grasa, ésta se adapta totalmente a las necesidades del niño o niña.
Además, posee minerales y vitaminas para que su bebé no necesite de ningún aporte suplementario mientras tome del pecho. También ofrece anticuerpos, en especial inmunoglobulina (conocida como IgA), cuya función principal es evitar infecciones en las vías respiratorias y digestivas.

La composición de la leche materna es la siguiente: en la etapa final del embarazo y durante los primeros días después del parto se produce el calostro, líquido de alta densidad y bajo volumen, con un adecuado aporte de nutrientes.
El calostro es de color amarillo y espeso, rico en anticuerpos, vitamina A, proteínas y enzimas. Es purgante y protege al recién nacido contra infecciones y alergias. Asimismo, ayuda a madurar el intestino del bebé y previene enfermedades oculares.

A esta leche inicial le sigue una de transición, rica en proteínas, minerales, lactosa y grasas.
Por último, aparece la leche definitiva o madura, que se produce aproximadamente en la tercera semana después del parto. Posee un mayor contenido de lactosa y grasa y es baja en concentración de proteínas.
La leche materna contiene una mayor cantidad de vitaminas C y D y riboflavina, que la leche de vaca.

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