A algunos nos parece tan meridianamente claro que las mujeres están en mayor peligro de ser víctimas de acoso, violación y muerte por ser mujeres, y que hay un sistema en el cual son discriminadas salarialmente, denigradas socialmente, e incluso subestimadas en sus capacidades, que el debate debería estar centrado en los cómo y no en los qué de esos elementos. Algunos pensamos que esas verdades son tan obvias que no tienen que ser aceptadas bajo la óptica feminista y bastaría un poco de objetividad para darlas por ciertas; sin embargo, en República Dominicana y en el mundo, parecería que hay que repasar conceptos que son del primer curso de primaria.
Un feminicidio es homicidio. El concepto de feminicidio, sin embargo, es necesario tanto como objetivo de comunicación como en el aspecto legal, y significa que hay una víctima específica, la mujer y que la causa de la violencia es por el hecho mismo de ser mujer. Es increíble que haya gente que no entiende que el concepto no nace de un capricho y que al ponerle nombre se busca prevenirlo con las políticas específicas que demanda sus características también específicas.
Otro concepto a recordar: las mujeres ganan menos que los hombres. Si bien las mujeres no son una clase social, como el concepto sociológico, sí hay una transferencia de su productividad laboral a beneficio tanto del empleador (sea hombre o mujer) como del hombre. Esto así porque desde su entrada al mercado laboral, se provocó un incremento del pastel económico, y este aumento no fue igualmente compensando.
Si bien hay evidencias de una ligera caída en los salarios de los hombres a la entrada de la mujer al mercado laboral, no menos cierto es que las mujeres desde su incorporación social al mercado laboral hasta nuestros días han ganado consistentemente menos que los hombres en posiciones similares. Algunos argumentan que el mercado corregirá estas distorsiones, aunque la estadística en el tiempo apunta a una extrema lentitud.
En otro orden está el tema de las violación, incesto y acoso sexual. Uno creería que el tema de la violación había sido una batalla ganada en contra de la impunidad, pero resulta que por distintas vías (incluyendo seguir penalizando el aborto producto de una violación) se sigue restando importancia socialmente a los alcances y gravedad de este delito. El incesto, doblemente criminal en tanto entraña abuso de confianza y que se agrava cuando es cometido contra una menor, otro tanto.
Finalmente, y reconozco es el más polémico por la diversidad de formas (y grados) que arrastra, el acoso sexual. Desde el movimiento #Metoo en EEUU mucho se ha debatido un tema que debería ser fácil convenir en al menos un punto, allí dónde un hombre puede ejercer poder real o material no debería tolerarse las insinuaciones sexuales contra una mujer en posición subordinada. Eso al menos…
El mundo no ha avanzado tan rápido como creíamos, y algunos signos de retroceso se asoman tanto desde el punto de vista liberal, como desde el punto de vista del movimiento feminista. Algunas cosas, sin embargo, son de elemental primero de primaria.