Metro, frontera y presupuesto

Metro, frontera y presupuesto

La vulnerabilidad de la frontera es uno de los problemas más graves que tiene este país. Por allí se trafica con todo, desde indocumentados de diversas nacionalidades hasta drogas, desde ganado robado hasta armas. Es también ruta de escape y ocultamiento de delincuentes de República Dominicana y Haití. De ahí que la buena  lógica indicaría que se haga una inversión importante en la vigilancia de la línea divisoria.

Sin embargo, el presupuesto de las Fuerzas Armadas para 2010 destina más dinero a la seguridad del Metro de Santo Domingo que a la vigilancia de la frontera. Para el cuidado del Metro, que recorre 14.2 kilómetros, se destinan RD$105.8 millones, lo que nos da una relación de RD$7.45 millones por kilómetro. En cambio, para la vigilancia de los 380 kilómetros de la frontera se asignan al CESFRONT RD$77 millones, algo así como RD$4.93 millones por kilómetro.

 La buena lógica indicaría que la inversión para vigilar los escabrosos pasajes fronterizos debería ser más cuantiosa  que lo destinado a la misma tarea en cuanto al Metro. No sabemos si lo asignado a CESFRONT es suficiente o insuficiente para costear la ruda tarea de vigilar cada uno de los 380 kilómetros de frontera con RD$4.93 millones. Pero nos llama la atención el hecho de que la seguridad del Metro merezca más recursos que la vulnerable línea divisoria.

 

Un cedazo necesario

Las autoridades sanitarias no parecen en condiciones de llevar un monitoreo  de ética y calidad de los establecimientos de salud que ofrecen entre sus opciones cirugía estética, un renglón cada vez más  demandado. Es posible que esa limitación es la que esté dando lugar a que malas prácticas en esta especialidad lleguen a conocerse más por denuncia de personas afectadas que por informes oficiales basados en un monitoreo periódico.

Se nos ocurre, entonces, que sean los propios médicos especializados en el ramo los que vigilen para evitar que intrusos provoquen daños a personas que utilicen sus servicios. Pensamos que organizaciones de prestigio, como  la Sociedad Dominicana de Cirugía Plástica Reconstructiva y Estética (SODOCIPRE), podrían unificar esfuerzos con las autoridades sanitarias para llevar un monitoreo sobre aspectos de ética y calidad profesional en esta especialidad. Es necesario poner un cedazo.

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