Como en las llamadas “guaguas voladoras” miles se apiñan en el Metro de Santo Domingo, principalmente en las horas pico, en las que los vagones no dan abasto para la demanda de los usuarios.

En horas de la mañana, principalmente próximo a las 8:00, miles de pasajeros abarrotan las estaciones en busca de un espacio en el Metro, lo que provoca grandes aglomeraciones de personas que tratan de entrar al mismo tiempo a los vagones.

No importa que el próximo tren llegue en tres o cuatro minutos, el que llegó a una de las paradas quiere irse de inmediato, de ahí que con frecuencia estos aparatos hagan el recorrido atestados de usuarios, que muchas veces no tienen espacio siquiera para bajar el brazo.

Mitin en la Mamá Tingó.  La estación de mayor afluencia de pasajeros es la Mamá Tingó, la primera en Villa Mella, en la   que en horas pico muchos dejan pasar tres y cuatro trenes para no  hacer el trayecto de manera incómoda.

Eran las 7:45 de la mañana del jueves cuando María de la Cruz llegó a la parada Mamá Tingó y dejó pasar tres aparatos para abordar el cuarto, ya que todos se llenaron “hasta el tope” y apenas quedaba espacio para respirar.

En esta parada los pasajeros tienen que hacer largas filas en las  horas de la mañana para comprar o recargar la tarjeta de pago para abordar el tren que, de acuerdo con las  informaciones  ofrecidas por la Oficina Para el Reordenamiento del Transporte (Opret), transporta diariamente a 100 mil personas.

Más agresivos.   Daniel de los Santos, con una mochila al hombro, esperaba el Metro a las 7:50 de  la mañana en la estación José Francisco Peña Gómez, entrada hacia Los Guaricanos, pero dejó pasar cuatro trenes para abordar el quinto, en el que apareció “un huequito” y con un pequeño empujón logró entrar sin que la puerta lo atrapara al cierre, como sucede en ocasiones.

En esta estación los paseros se abalanzan hacia el interior, a pesar de que el tren pasa repleto, lo que identifica a estos usuarios como los de menos educación o civismo del trayecto de las 16 estaciones del Metro.

Gómez con Ovando.  Otra de las estaciones donde se aglomeran miles de pasajeros es la denominada Los Taínos, en la Máximo Gómez con Nicolás de Ovando; también en la  Peña Batlle, entre Villa Juana y ensanche La Fe, donde se nota el “río humano” cuando el Metro hace sus paradas en horas pico.

No responde.  Durante dos días no fue posible localizar al subdirector de la Opret, ingeniero Leonel Carrasco, para que informara si había algún plan de ese organismo para evitar la situación descrita. Este funcionario no tomó la llamada al  celular en más de diez intentos.

Cuando  los reporteros de este diario acudieron a sus oficinas, no estaba disponible. Según su secretaria, estaba en reuniones. Luego se comprobó que estaba en su despacho, en las instalaciones de La Isabela, pero supuestamente  reunido.

El mes pasado, Carrasco había informado que la Opret tiene proyectado agregar más trenes a los ya existentes para poder suplir la demanda  en horas de mayor flujo de pasajeros.

Zoom

Esperan más

De acuerdo a las autoridades, cuando se abra la línea dos del Metro, que va desde el kilómetro 9 de la autopista Duarte hasta la cabeza del puente Francisco del Rosario Sánchez, la cantidad de pasajeros que aborde ese medio de transporte se multiplicaría. La Opret confía en que a finales del presente año la línea dos estaría lista y que los usuarios podrán hacer el enlace de  una línea a otra sin pago adicional.