UBI RIVAS
Conforme aludimos al artículo de ayer lunes en relación a la primicia que acuñó el presidente Leonel Fernández en Barcelona el día ocho del presente mes, en torno a la ampliación del Metro de SD conectado con Santiago de los Caballeros, el tema es propicio para tratarlo con reflexión.

Solo la oposición al gobierno censuró la construcción de una obra prioritaria en tiempos de alzas continuas del petróleo que precisamente ahorrará combustibles, y la prueba fue el impacto positivo de la misma en las elecciones del 16 de mayo último en que en procura de su reelección, el presidente Leonel obtuvo un cómodo 54%.

Siempre estimé no solamente necesaria, sino urgente la construcción de un Metro en la capital. Es más, insistí siempre en que debe extenderse por el este hacia SPM y por el sur Haina y San Cristóbal, empezando y luego Barahona y SJM. Empero, precisé en todo momento que la extensión del Metro doquiera que se proyecte, debiera variar la provenencia de sus recursos, decidiendo el Presidente otorgar concesiones a empresas con experiencias en esos menesteres de Estados Unidos, España, Italia, Francia, Gran Bretaña, Alemania, Japón, Suecia, China. Que luego de que esas empresas constructoras recuperaran su inversión más por cientos de intereses, esas obras pasaran ipso facto a usufructo y patrimonio del Estado dominicano.

Es en ese criterio que interpreto como la mejor forma de ampliar el Metro hacia las latitudes descritas, sin involucrar al contribuyente en un solo céntimo y enfilar esos recursos a la producción agropecuaria que requiere de RD$31 mil millones y lo propio, concesiones, una palabra clave y mágica, atinente a crear parques de energía alternativa y reducir de manera apreciable la factura petrolera. El presidente Leonel Fernández, que es un hombre sensato y un estadista de vanguardia, sabrá ponderar estas reflexiones que conoce las expongo con el deseo que también conoce de su éxito rotundo.