Mets temen Sosa use esteroides

Mets temen Sosa use esteroides

POR DAVID LENNON
Del Newsday
NEW YORK.-
Producción en declive. Tímido físico. Enfermadedes misteriosas. Jason Giambi exhibió todas las señales del uso de esteroides, y los efectos colaterales, antes de que un periódico revelara su testimonio ante el gran jurado por la investigación a los laboratorios BALCO. La confesión de Giambi envió choques de ondas eléctricas a todo el béisbol, y los Mets de New York tomaron particular interés el jueves durante la reunión de la organización en Rye Brook.

Con un cambio por Sammy Sosa aún bajo discusión esta semana, los Mets fueron afectados por la bomba de Giambi, conociendo las oscuras nubes de sospechas que levantó Sosa la temporada pasada.

Los paralelos entre Giambi y Sosa son imposibles de ignorar, y todas esas similitudes dan a los Mets la oportunidad de reconsiderar si caen en la misma trampa de los Yanquis.

Un oficial del béisbol, con conocimiento de las discusiones internas de los Mets, describió el testimonio de Giambi a los investigadores federales como «una llamada de alerta» que ha llevado una seria preocupación acerca de adquirir a Sosa.

Sosa nunca ha dado positivo por esteroides, pero las sospechas le persiguen desde 1998, cuando estuvo cabeza a cabeza con Mark McGwire en la búsqueda del récord de jonrones de Roger Maris.

Sosa bateó 66 cuadrangulares, quedando a cuatro de McGwire, y alcanzó 60 dos veces más en las próximas tres temporadas.

El escritor Rick Reilly, de Sport Ilustrated, desafió a Sosa a tomarse una prueba de esteroides en el 2002, recibiendo una respuesta profana, la negativa de Sosa y el fin de la entrevista.

La bandera roja subió este año nuevamente- la primera vez que los jugadores fueron sometidos a pruebas para detectar drogas que aumentan el rendimiento- cuando Sosa tuvo una de sus peores temporadas.

El jugó solamente 126 partidos a causa de espasmos en la espalda adquiridos por un violento estornudo, y sus 35 jonrones y 80 carreras remolcadas fueron sus totales más bajos desde 1994.

A pesar de eso, el gerente general de los Mets Omar Minaya, el scout que firmó primero a Sosa para los Rangers de Texas, decidió llevarlo al Shea Stadium como parte de su plan de reconstrucción en temporada muerta.

Hay muchas razones para pasar con Sosa, y cuando la idea fue sometida a voto el mes pasado, el asunto quedó 8-2, con Minaya y su asistente especial Sandy Johnson siendo los únicos que votaron a favor.

Además del costo financiero que implica adquirirlo, Sosa cumplirá 36 años, una edad que lo convierte en un riesgo financiero, aún sin las complicaciones que añadiría por el uso de sustancias que aumentan el rendimiento.

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