México, (EFE).- Marilou Roy, una haitiana mexicana de 54 años, abrió las puertas de su casa en Puerto Príncipe para acoger 300 supervivientes del terremoto, mientras su hijo busca apoyo desde México a través de Twitter y Facebook para alimentarlos.

Roy viajó hace dos meses a la capital haitiana para cuidar a su hermano, que quedó cuadripléjico en un accidente de tránsito, y pasar las fiestas de fin de año además en compañía de su padre y una tía, dijo hoy a Efe su hijo, Piére Gómez Roy, de 25 años.

El sismo de 7 grados Richter que asoló el 12 de enero al empobrecido país le sorprendió en la casa de su padre, ubicada en Pétionville, un barrio ubicado en una de las colinas que rodean Puerto Príncipe y considerado uno de los más ricos de la ciudad.

Marilou nació en Francia, vivió su juventud en Haití y, tras casarse con un mexicano, se mudó a México, donde hace más de 25 años obtuvo la nacionalidad.

La casa familiar en Haití sufrió sólo daños menores tras el movimiento telúrico, razón por la cual Roy decidió acoger en el patio de la residencia a los damnificados que llegaron en busca de abrigo.

«Cuando logramos comunicarnos con mi mamá, nos dijo que tenía a 300 personas en su casa, y lo primero que se nos vino a la cabeza fue cómo apoyarla desde México para alimentarlos, por lo que nos empezamos a mover en Internet», narró su hijo Piére.

Los sobrevivientes que se refugian en la casa de la familia Roy, dijo, «duermen con lo que pueden, sobre colchonetas, cajas, o en el piso», y en los primeros días se alimentaron con lo que había en el domicilio.

El joven inició en Twitter el movimiento «#300haitianosentusmanos», que tiene además un grupo con el mismo nombre en Facebook, donde se pueden ver fotos y vídeos de la situación que atraviesa su madre.

A través de esas redes sociales logró conseguir en préstamo una bodega en el barrio Militar Marte de la capital mexicana, donde recibe ayuda humanitaria para su madre.

En ese lugar se amontonan una serie de suministros médicos, pañales, agua, comida enlatada y leche, entre otras cosas que Gómez Roy no ha podido hacer llegar directamente a su familia.

«Si no logramos enviarlos, los canalizaremos a través de la Cruz Roja o la ONU», afirmó.

«Se le está acabando la comida y el agua», comentó y precisó que ninguna autoridad ha apoyado a su madre, quien no puede abandonar la vivienda por temor a que los lugareños la saqueen.

«Estamos tratando de tocar todas las puertas que podamos en Haití. Mi familia está en un punto que no está considerado como uno de los más afectados y por eso no llega la ayuda», añadió.

Marilou Roy perdió al menos a cinco familiares en el terremoto y actualmente acoge a 110 personas de todas las edades en su casa, debido a que algunos han ido abandonado la zona. EFE