México Cantarell sufre bajo carga constitucional

México Cantarell sufre bajo carga constitucional

POR ADAM THOMSON
Durante más de un cuarto de siglo, el racimo de plataformas en las costas mexicanas del Golfo de México han sido la fuente principal de las vastas exportaciones del país, que han estado aportando cerca de 355 de los ingresos anuales del gobierno.

Cantarell, nombre con el que se conoce el yacimiento, es el tercero del mundo, y el mayor responsable de los cerca de 60% de los 3,4 millones de barriles de petróleo que México produce cada día. La extracción del petróleo ha resultado barata. Mientras muchas de las reservas más importantes del mundo están a miles de metros bajo tierra en medios geológicamente complejos y climáticamente difíciles, el pozo más profundo de Cantarell está a solo unos 60 metros.

«Durante la última generación hemos estado viviendo un suelo delicioso», dice un vocero del departamento de relaciones con los inversionistas de PEMEX, el monopolio es propiedad y administra el estado mexicano. Desafortunadamente para México, este sueño pudiera terminar súbitamente. Este año, la producción de Cantarell caerá -PEMEX dice cerca de 65- por primera vez desde que llegó a una altura histórica de 2 millones de barriles al día.

Después de un viaje reciente a México, Paul Sarkey, un analista de Deutsche Bank, dijo: «El yacimiento de Cantarell significó un microcosmos de los problemas del petróleo global: un pico en el suministro, una demanda subsidiada en crecimiento rampante, una historia de propiedad estatal y elecciones inminentes que enturbian el panorama para las inversiones».

En la superficie, PEMEX no parece estar demasiado preocupada. El mes pasado, pronosticó que el declinar de Cantarell sería relativamente suave, con una producción estimada en 2008 de 1,4 mbd, comparado con los 1,9 mbd este año. Al mismo tiempo, dice la compañía, otros yacimientos, como Ju-Maloob-Zaap y el complejo Bermúdez «compensarán el declive en la producción de Cantarell».

Sin embargo, David Shields, un experto en la industria petrolera mexicana, dice que esa versión relativamente benigna es el pronóstico más optimista de PEMEX, y en realidad, no la más probable. Citando un estudio reciente de PEMEX, el señor Shields dice que un resultado mucho más probable es que la atesorada producción de Cantarell «colapse» en los próximos tres años hasta una cuarta parte de la actual. «Las cuentas que PEMEX le entregará al nuevo gobierno a finales de este año no son exactamente lo que pudiéramos considerar estelares», dice.

¿Dónde quedará entonces el tercer mayor productor de petróleo del mundo? La mayoría de los analistas dicen que el problema está en el mismo PEMEX, o más bien con las condiciones restrictivas en las cuales tiene que operar. Lo más significativo es que, desde que México expropió las operaciones de las compañías extranjeras en 1938, la constitución ha impedido que PEMEX entre en contratos de riesgo compartido con operadores privados.

Para compensar la falta de flexibilidad, PEMEX ha incrementado sostenidamente su presupuesto de inversión durante la última década , gran parte del cual ha salido del préstamo fuera de las hojas de balance. El año pasado, la inversión llegó a casi US$12 millardos, comparado con menos de la mitad e hace seis años.

Sin embargo, esa suma es todavía considerablemente menos de lo que las compañías petroleras privadas están invirtiendo, y con un gobierno que descansa con tanto peso en los ingresos de PEMEX, las perspectivas de impulsar la inversión son mucho más tenues. Como dijera el vocero de PEMEX: «Estamos atados de manos y pies».

Otro problema es que, aún con todo el dinero del mundo, a PEMEX le falta el «know-how» para explorar nuevos campos, casi todos, se cree, están bajo el agua, a una profundidad de más de 3,000 metros.

PEMEX ha tratado de reclutar la ayuda de compañías como Petrobras, la compañía petrolera estatal de Brasil, que tiene la tecnología y la experiencia para operar en esas condiciones. Pero, como dijo al Financial Times el mes pasado Ángel de la Vega, un experto en petróleo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), «no está claro si PEMEX puede comprar la tecnología. Las compañías en esta área no aceptan contratos de servicios, porque desean una parte de las acciones»

Algunos observadores han señalado las elecciones presidenciales de este año como una oportunidad para cambiar a PEMEX y deshacer las restricciones constitucionales que atan a México. Pero ninguno de los tres candidatos principales se ha atrevido a sugerir un cambio constitucional.

En una entrevista con FT el mes pasado, Felipe Calderón, ampliamente considerado el más favorable a los negocios de los candidatos, insinuó la liberación del sector. También lo ha hecho Roberto Madrazo, candidato por el Partido Revolucionario institucional (PRI). Ambos se han quedado cortos de mencionar un cambio constitucional. Mientras tanto, Andrés Manuel López Obrador, el candidato izquierdista que actualmente lidera las encuestas, solo ha defendido una reestructurar PEMEX e introducir la austeridad.

Sin embargo, el señor de la Vega dice que solo el cambio constitucional le aportará flexibilidad a PEMEX -y a las compañías privadas las garantías legales- necesaria para asegurar niveles adecuados de inversión para mantener e incrementar las reservas de México en los próximos años. Hasta que eso ocurra, dice, México debería empezar a acostumbrarse a la idea de convertirse en un importador neto de petróleo.

VERSION: IVAN PEREZ CARRION

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