México: entre luces y sombras

México: entre luces y sombras

Parte II
En la entrega anterior, analizamos las condiciones económicas de México. Vimos que gran parte de su crecimiento se debe a la extraordinaria expansión de sus exportaciones, especialmente, la manufactura automotriz, debido a la notable mejoría en la competitividad frente a los países asiáticos. Si bien la economía mexicana muestra un crecimiento estable que diverge de las otras grandes economías de la región, existen algunos factores que obstaculizan su pleno desempeño, los cuales serán explicados en este artículo.
Uno de los principales retos que enfrenta México es la creciente brecha en la distribución de la riqueza. Este país posee una característica peculiar: por un lado, alberga a uno de los hombres más ricos del mundo y, por el otro, más del 46% (55.3 millones) de su población vive bajo el umbral de la pobreza. Un reciente estudio realizado por Oxfam advierte esta desigualdad extrema donde el 1% más rico concentra el 21% de toda la riqueza.
Además, el informe señala que entre 2007 y 2012 la cantidad de millonarios mexicanos se incrementó un 32%, a pesar de la gran crisis financiera. Muchos de ellos hicieron su fortuna en sectores como telecomunicaciones y minería, debido al débil marco regulatorio y a los privilegios fiscales y estatales.
Entre los detonantes de la desigualdad mexicana se encuentran las políticas salariales, las cuales limitan las condiciones de los trabajadores. Según la CEPAL, el salario mínimo mexicano está muy por debajo de la línea de pobreza. Otro aspecto a resaltar es el crecimiento excluyente y la marginalización económica de la población indígena, que es cuatro veces más pobre que la población en general.
El más grande y el más destructivo de los desafíos es la violencia que afecta a todas las esferas de la sociedad mexicana. La población se encuentra inmersa en desconfianza e inseguridad debido al crimen organizado y al narcotráfico. Según el Índice Global de Paz elaborado por el Instituto para la Economía y Paz (IEP), México, a partir de indicadores como los conflictos internos, la seguridad y la protección de sus habitantes, ocupaba el segundo lugar como país con más violencia en América Latina. Dicho informe resalta, además, que en el 2015 la violencia le costó a México 2,12 billones de dólares, convirtiéndose en el sexto país que más dinero destinó, ya sea debido a alguna forma de violencia o a la prevención de la misma.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía estima que durante el 2014 se registraron alrededor de 20,000 homicidios (16 por cada 100,000 habitantes). La indignación se apodera de los habitantes, quienes acusan a las instituciones de mostrarse pasivas y, en ocasiones, actuar en complicidad con criminales en actividades delictivas como contrabandos, secuestros y falsificaciones, situación social que pone en grave duda la seguridad de los ciudadanos.
El descontento social se acentuó a raíz de acontecimientos como la tragedia de Iguala en septiembre del 2014, donde se acusa a los oficiales de ser responsables de la desaparición de 43 estudiantes.
Estas son las “sombras” en el panorama político, económico y social de México. La aprobación del gobierno (ha bajado en apenas dos años del 65% al 40%) cae en picada debido a sucesos que van desde manifestaciones de violencia a escándalos y a la penetración del narco al sistema que está supuesto a combatir el crimen. Es paradójico que uno de los carteles más importante y violento, cartel de los Zetas, está compuesto por ex militares. Se requieren, pues, reformas en el sistema legal para recuperar la confianza de la población, así como ejecutar una política fiscal más progresiva para reducir la brecha en la distribución de la riqueza.
Estamos confiados de que México logrará superar estos obstáculos, debido al extraordinario potencial que posee: ha sido uno de los países que ha implementado reformas estructurales adecuadas para impulsar la actividad económica en este ambiente recesivo y de grandes incertidumbres a nivel mundial.
Si bien, el desplome del precio del petróleo y los escándalos por violencia y corrupción han mermado el desempeño económico, político y social mexicano, esta nación se posiciona como una de las economías con mayores posibilidades de crecimiento en América Latina.

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