México ¡está de júbilo!

México ¡está de júbilo!

POR ENRIQUE ESCANDE
De la agencia EFE
Nuremberg, Alemania.-
México ofreció a su guardameta Oswaldo Sánchez, todavía conmovido por la muerte de su padre, una victoria por 3-1 sobre Irán fraguada en el último cuarto de hora del partido disputado en Nuremberg.

Los jugadores mexicanos se fundieron en un abrazo con Oswaldo en cuanto el árbitro señaló el final de un partido que estuvo igualado hasta el minuto 76 y sólo se desequilibró en la última fase con los goles de Omar Bravo y Zinha.

La formación mexicana jugó por debajo de lo esperado frente a un rival limitado que igualmente logró controlar buena parte del encuentro, más por voluntad y entusiasmo que por sus cualidades individuales o colectivas.

El desahogo mexicano se produjo a los 76 y 79 minutos con los goles anotados por Bravo y Zinha, que tapan una actuación poco convincente. Con un tiro libre de Pardo, un cabezazo de Franco y un toque oportuno de Bravo a los 28 minutos, México encontró la fórmula para romper el cerco iraní, abrir el marcador y resolver algunas carencias propias, surgidas de imprecisiones en el centro del campo que le impedían retener el balón y crear juego.

Los iraníes, sin tantos conceptos tácticos ni virtudes técnicas como las que tiene en equipo norteamericano, se las habían arreglado para mantener el balón lejos de su portería, para conseguirlo en la zona central del campo en base a presión y para progresar ofensivamente con la proyección de Mahdavikia en el papel de extremo por derecha y de Hashemian como delantero de área.

Este último obligó dos veces al meta Owaldo Sánchez a esfuerzos extremos para salvar su portería a los diez minutos, con un taconazo y un remate de cabeza a bocajarro. Algo no funcionaba bien en el que equipo de Ricardo Lavolpe.

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