México: la lucha en las calles

México: la lucha en las calles

Los sonidos de la mañana en la segunda ciudad más grande del mundo resultan familiares para sus casi 20 millones de residentes, como el ritmo de su canción favorita: vagones articulados con sus válvulas de aire y chillidos, los vendedores de los diarios principales en los semáforos, y el cláxon de los autobuses que cortan el ruido con fragmentos de “Yankee Doodle”.

Pero en el Paseo de la Reforma, una de las principales avenidas de la ciudad, la cacofonía fue sustituída el lunes por un silencio casi total, y donde los conductores impacientes normalmente disputan cada centímetro de la vía, grupos de mujeres estaban ocupadas cocinando huevos servidos con jalapeños. Tiendas y lonas decoraban las sendas ocupadas normalmente por el tráfico y un grupo de hombres sentados bebían café dulce en vasos plásticos.

La cocina improvisada y la colección de tiendas es solo uno de los 47 campamentos de la ciudad que el señor Andrés Manuel López Obrador, el candidato presidencial izquierdista del país, anunció la tarde del domingo como la fase más reciente -y hasta ahora, la más provocadora- de lo que el llama “la lucha en defensa de la democracia”.

Desde que el señor López Obrador, un ex alcalde de Ciudad de México, de 52 años, perdiera por un margen muy reducido las elecciones presidenciales del dos de julio frente al centro-derechista Felipe Calderón, se ha negado a aceptar el resultado y ha exigido un recuento manual completo de los votos.

El señor López Obrador y su Partido de la Revolución Democrática (PRD), han enviado pruebas al Tribunal Electoral Federal de México, el más alto tribunal electoral del país que, según ellos, demuestran que las elecciones estuvieron llenas de inconsistencias y juego sucio.

El tribunal tiene hasta el seis de septiembre para emitir su fallo. Pero el domingo, ante una de las mayores multitudes reunidas en México, el candidato de cabellera plateada, dejó clara su desconfianza en los siete magistrados que componen el tribunal.

En México, dijo, “los que imparten justicia, en lugar de proteger a los pobres solo sirven para legalizar el saqueo y los abusos de los fuertes; la ley que ha prevalecido ha sido la del dinero y el poder sobre todo lo demás”.

Guillermo Valdés, de GEA, una consultoría de Ciudad de México, dice que el plan del PRD pudiera escalar más en los próximos días, para incluir acciones como el bloqueo del aeropuerto internacional y, puesto que el partido controla el gobierno de la ciudad y sus fuerzas de seguridad, probablemente no tendría confrontación oficial alguna. “Este es solo el principio”, dice.

Pero, ¿funcionará la estrategia?. Manuel Camacho, uno de los principales estrategas del señor López Obrador, dice que bloquear las principales arterias de la ciudad es la única forma de que hacer que el tribunal se dé cuenta de lo peligroso que sería no ordenar un recuento completo.

“Si el tribunal no ordena un recuento, millones de mexicanos van a negarse a aceptar el resultado y algunos de los líderes más radicales pudieran tomar el asunto en sus propias manos”, dice. “El pueblo está muy cansado”.

Este punto de vista fue compartido por un grupo de hombres sentados en la acera del Paseo de la Reforma el lunes. “No vamos a dejarlos que nos roben las elecciones”, dijo un hombre con la imagen del Che Guevara, el líder revolucionario dibujado en su mejilla. “Exigimos un recuento completo y vamos a estar aquí el tiempo que haga falta”.

Sin embargo, Jorge Zepeda, un analista político radicado en Ciudad de México, dice que la última fase de lo que el señor López Obrador califica de “resistencia civil pacífica”, es un gran error.

En particular, dice, se produce antes de que se hayan agotado todos los canales legales, lo que solo reforzaría la imagen del señor López Obrador en la mente de muchos mexicanos como un hombre con escaso respeto por los procesos legales o las instituciones. “Él, o bien sabe algo que nosotros desconocemos en términos de lo que los magistrados están pensando, o se está pasando”, dice el señor Zepeda. 

El peligro más obvio es la pérdida de la simpatía de las personas que no votan por el señor López Obrador, pero que están a favor de un recuento. Una encuesta de la semana pasada realizada por El Universal reveló que mientras 52.5% de la población cree que el señor Calderón, del Partido de Acción Nacional (PAN), ganó las elecciones, 48% está a favor de un recuento.

Algunas de esas personas ya empezaban a perder la paciencia el lunes, mientras se unían a un grupo de hombres de negocios trajeados que habían cambiado su indumentaria por ropa deportiva para ir caminando a sus puestos de trabajo.

Hasta Ricardo Munguía, un oficinista que votó por el señor López Obrador, dijo que el último paso de la estrategia del candidato de izquierda iba demasiado lejos. Mientras caminaba por la Avenida Río Misisipi, decía: “Este es el tipo de cosas que solo ocurre en lugares como América Central. Ya basta. Llega un momento en que tienes que admitir que perdiste”.

VERSION: IVAN PEREZ CARRION

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