México unifica los fundamentos del renacimiento económico

México unifica los fundamentos del renacimiento económico

La vida económica está retornando a los desiertos del norte de México. Electrolux está construyendo una planta en Ciudad Juárez, al otro lado de la frontera de El Paso, en Texas. Motorola va a abrir una fábrica de componentes para computadoras en la ciudad fronteriza de Nogales a finales de este año. Y en los últimos tres meses, General Electric ha incrementado su empleo en la región en 22,000 personas.

La nueva ola de inversiones ha venido como agua al desierto. Entre octubre de 2000 y marzo de 2002, las “maquiladoras” de México -fábricas que ensamblan piezas importadas para re-exportar- perdieron 270,000 empleos, o más de uno de cada cinco, lo que despertó temores de que México había perdido terreno de manera permanente frente a China.

Pero ahora esa tendencia parece haberse revertido bruscamente.

En el año que terminó en mayo, las exportaciones de las maquiladoras aumentaron 21.8%, una parte del asombroso incremento de 21.1% en las exportaciones en general -y el alza mensual más fuerte en casi cuatro años. El empleo está en su mejor momento desde 2001, con los empleos en las maquiladoras en alza 2.5% en el mes que concluyó en abril.

Lejos de retroceder bajo las presiones competitivas, el vínculo entre la producción industrial de México y Estados Unidos parece más fuerte que nunca.

 “Hay algunas industrias en las cuales la competencia de China es seria. Pero también está claro que las plantas Delphi y Ford y GE no estuvieron creciendo durante los últimos dos o tres años, y que ahora de repente están creciendo muy rápido”, dice Luis Rubio, director del Centro para Investigación y Desarrollo en Ciudad de México. Dice que las maquiladoras están “totalmente integradas al proceso de producción industrial de EEUU”.

El ministerio del Trabajo de México dice que cerca de 300 compañías manufactureras fueron reubicadas en China desde México entre 2001 y 2003. Muchos de esos productos eran hechos en México, cuyos costos de embarque son mínimos, como juguetes o equipos electrónicos pequeños.

Algunos fabricantes de ropa, también se desplazaron a América Central, para escapar de los salarios que pueden ser cuatro veces más altos en México, después de incluir la seguridad social y otros beneficios.

Pocos están regresando, lo que significa que la recuperación es dispar. De acuerdo con el instituto nacional de estadísticas, la pérdida de empleo ha continuado durante los últimos dos años en sectores de trabajo intensivo como textiles, muebles, juguetes y productos en piel.

Sin embargo, el ascenso, combinado con las innovaciones en la manufactura, indica que la recuperación va a continuar.

 “No creo que se trate de algo pasajero”, dice John Christman, un experto en maquiladoras en la consultoría Global Insight, en Ciudad México. “En los años por venir veremos un crecimiento renovado y sostenible, pero las tasas de crecimiento no serán de dígitos dobles, como en los años 90, o ni siquiera en los 80”.

Algunas compañías que están participando en el resurgimiento son nuevas en México, como Electrolux, que empleará cerca de 3,000 personas después de haber reducido esa misma cifra de empleos en Michigan y Texas.

Otros, como Motorola, han estado aquí durante años. Abrió su primera maquiladora en 1966, y los 1,000 empleos en la nueva planta llevarán su personal en México hasta 4,800.

Sin embargo, su inversión más reciente no es una maquiladora de viejo estilo, que dependía solamente de trabajo barato. Fábricas de alta tecnología, como Motorola, son emblemáticas de una nueva generación de plantas que se especializan en la producción “just in time”.

Esto le da mayor ventaja a México sobre Asia: su situación geográfica.

Mario Ocampo, de Motorola, atribuye su decisión de expandirse en México a su rápido acceso a EEUU, y al suministro de mano de obra calificada. “México está siendo muy competitivo” cuando se trata de plantas con “producción corta y rápida y retorno ágil con tecnología más intensiva”, dice Ralph Watkins, de la Comisión de Comercio Internacional de EEUU.

Décadas de experiencia han producido una reserva de trabajadores y gerentes calificados que saben cómo comunicarse con sus homólogos norteamericanos.

 “Si se necesita adaptar algo a las necesidades de los clientes, eso es mejor hacerlo en México que en China”, dice el señor Watkins. Por eso, sectores como piezas para autos, televisores de pantallas grandes, equipo aeroespacial y suministros médicos están alimentando la recuperación del sector.

China no es la única amenaza de México. Las barreras burocráticas, incluyendo un complejo sistema de tarifas, cuentas altas por energía y otros servicios, y el sistema legal, desvían negocios.

 “No podemos hacer nada para evitar que China siga creciendo”, dice Jaime Zabludovsky, un consultor del Banco Interamericano de Desarrollo y uno del equipo de México en las conversaciones que establecieron el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

 “[Pero] hay una lista muy larga de cosas que no estamos haciendo. La interrogante se convierte en ¿Cómo enfrentamos no solo el desafío chino sino el desafío mexicano [de la burocracia]? Esperemos que la amenaza china nos ayude a unificar nuestras acciones”.

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